Cine 

Crisis le dificulta a cineastas venezolanos ir al Festival de Cannes

La dificultad de adquisición de visitas y, por consiguiente, los altos precios de los pasajes de avión, han causado que para los cineastas venezolanos sea todo un proceso viajar al Festival de Cannes a defender la proyección de sus piezas audiovisuales.

El periodista de El Nacional, Sergio Moreno, escribió un artículo para el diario titulado ‘Cannes se volvió un imposible para varios cineastas venezolanos’, el cual compartimos bajo estas líneas, donde explica, con testimonios de sus protagonistas, la incómoda situación.

Aquí lo tienen:

La ruta más corta para llegar desde Barcelona hasta Cannes es de 635 kilómetros. La duración aproximada del viaje por carretera es de 6 horas. Este fue el recorrido que realizó Alan Ohep para estar presente en el festival cinematográfico más importante del mundo. Su tesis de grado, el cortometraje El retrato, fue seleccionado en la categoría Short Film Corner.

“¡Lo logramos! Nos vamos para Cannes. Conseguimos comprar un pasaje gracias al apoyo de todos los que difundieron y apoyaron nuestra iniciativa. Millones de gracias”, escribió el joven cineasta en su cuenta de Instagram, luego de recaudar a través de una campaña de micromecenazgo el dinero necesario para el boleto de avión. Se hospedarán en casa de una familia, pues tampoco tienen euros para pagar un hotel.

Ohep se ha mantenido en comunicación con Carolina Dávila, directora del corto animado No jile, que también fue seleccionado en la misma categoría. La diferencia es que la realizadora no podrá asistir a Cannes. Fue imposible comprar un pasaje. “El chico de El retrato y Carlos Pérez, director de Grazia, el otro corto animado escogido, van a estar pendientes de mi película. También entrará en el catálogo que mostrará el CNAC”, señala Dávila. “Lo importante de esta experiencia es que entiendes cómo se maneja el mercado, te da la posibilidad de conectar con posibles agentes financieros. Lo más provechoso son los contactos”.

De eso se trata el Short Film Corner, una feria que sirve de enlace real con la industria, en la que se realizan pequeñas proyecciones con el objetivo de entablar vínculos para coproducir trabajos futuros.

En total son nueve los cortos venezolanos que se muestran este año en Cannes, de los cuales solo uno entró en competencia. Anfibio, coproducción entre Cuba y Venezuela, dirigida por Héctor Silva Núñez, fue seleccionada entre 1.600 obras postuladas por más de 300 escuelas de cine. Se medirá con otras 17 cintas en la categoría Cine Fondation, competencia dedicada a trabajos estudiantiles de todo el mundo.

A Valeria Bolívar, directora de El niño, le hubiese gustado estar presente en las diversas actividades que ofrece la acreditación en Cannes. Su corto también fue seleccionado para el Short Film Corner. “Hice todo lo posible para ir. Hablé con el CNAC y con la Embajada de Francia, pero no pudieron ayudarme. Estoy en la preproducción de mi largometraje documental y cuando tienes un proyecto grande se hace más beneficioso porque intentas hacer contacto con grandes de la industria. Es frustrante”.

El panorama es distinto para Francisco Lupini, que vive en Nueva York desde hace varios años. Su trabajo Tú. Yo. Baño. Sexo. Ahora también entró en el Short Film Corner. “Es la primera vez que me atrevo a ir a Cannes. Estoy concretando reuniones con productoras, agencias de ventas. Hablaré de mis películas como un producto y no como artista, cosa que toma tiempo acostumbrarse, pero es un mal necesario”, dice el realizador. La idea es concretar financiamiento para su ópera prima ¡He matado a mi marido!

Asistir a Cannes nunca fue una opción para Juan Fermín, director de Caja de fósforos. “Me entusiasma haber sido seleccionado para el Short Film Corner, pero no me afecta el hecho de no asistir. Quería que mi trabajo entrara en competencia (…) Eso puede ser frustrante para los que nunca han ido a Cannes. No es lo mismo que te lo cuenten a que lo vivas”.

El festival comienza hoy y se clausura el 24 de abril.