Cine 

Dr. Spoiler o cómo aprendí a dejar de preocuparme y amar las “revelaciones”

Por Alberto Platania // @platanialberto

El título del artículo de esta semana es un claro juego de palabras con una maravillosa película de Stanley Kubrick titulada, Dr. Strangelove or: How I Learned to Stop Worrying and Love the Bomb. Para muchas personas, la revelación (o spoiler) es igual o peor a una amenaza con una bomba nuclear y esta Guerra Fría se libra entre los que vieron la película (o serie) y los que aún no lo han visto. Si el primero revela algo, el segundo reacciona de forma hostil, hay personas que se han dejado de hablar por esto, no es broma. “Con los spoilers no se juega” dicen.

Para empezar, un spoiler o destripe (según la RAE) es “interrumpir el relato que está haciendo alguien de un suceso, chascarrillo, enigma, etc., anticipando el desenlace o solución”. Si nos atenemos a la definición que hace la RAE de lo que es el spoiler, podríamos decir que si estamos viendo una película con otra persona y en un momento dado nos dice que “en esta película Denzel Washington es un policía corrupto”, nos ha lanzado un spoiler y merece nuestro odio eterno. Para mí, esto no es necesariamente así y les diré por qué.

El cine es un medio que necesita publicitarse y una de las mejores formas que tiene es realizar ediciones muy reducidas de escenas o secuencias que ocurren en la película (colocándolas ordenadas o desordenadas) para dar a conocer algunas cosas de la trama pero sin revelar los puntos de giro que tendrá, los archiconocidos trailers. En los últimos tiempos, hay personas que critican a los tráileres porque “revelan mucho”. Sin embargo, no son la única forma que tienen las películas de promocionarse, también están los pósters o afiches con el nombre de la película, los actores, los realizadores y una ilustración que nos presenta a los implicados en la trama, pero hasta eso lo han criticado.

Nacho Vigalondo fue tachado de lanzar un spoiler en el póster de su última película, ColossalAl respecto, el director hizo de manera muy acertada una serie de tweets donde teoriza de una u otra forma como “la cultura del spoiler ha llevado al extremo, confundir premisas y revelaciones” (Vigalondo, dixit).  Las premisas son aquellas que te dicen de qué va una película, sin ellas no podrías saber qué es lo que vas a ver, eso es para que luego no te lleves un chasco cuando entres a la sala de cine. Por otro lado, las revelaciones son las que pueden arruinar el desarrollo que lleva una persona de la historia que le están contando y aún así, esto es a medias.

En el tráiler de Terminator 2 vemos al Terminator protegiendo a un John Connor adolescente. En sí, el trailer no hace revelaciones, presenta una premisa y es, “el Terminator que antes perseguía a Sarah Connor, ahora la protege a ella y a su hijo de una amenaza mayor”. No hay revelaciones, hay una premisa. Una revelación sería que alguien dijera que Sarah Connor es otro cyborg y les juro que, aún así, no cambiaría nada, porque ese no es el meollo de la saga Terminator.

Hay algo que caracteriza al cine y es su manera de darnos indicaciones para que descubramos, de una u otra forma, lo que sucede. Un “spoiler” puede estar en un fotograma y no lo notamos, porque el cine es eso. Un arte narrativo que nos da las herramientas para que podamos dar con lo más profundo del relato. Títulos como Volver al futuroSolo en casa Alien: el octavo pasajero serían, si nos basamos en la “cultura del spoiler”, nombres que revelan la película. Pero no, no lo son, esos nombres contienen la premisa. Entonces, ¿qué es un spoiler en el cine?

Un spoiler en la narrativa cinematográfica sería igual a la exigencia que algunas personas hacen con el tempo narrativo, es decir, cuestiones como “en esta película no pasa nada, ¿en algún momento el héroe mata al villano?”. Si los cineastas revelaran el funcionamiento de su película, sería comparable al hecho de un mago revelando sus secretos y vaya, eso sí que sería un spoiler.

Cuando hablo con una persona sobre cine, la conversación gira en torno a las películas que hemos visto y las que no. Si me preguntan por una película que no he visto, les pido que me cuenten de qué va, sin miedo a que se le pasen “datos importantes”. Hago esto para ver si la persona captó la premisa de la película y también para conocer su capacidad narrativa. Cuando hablamos de una película a otra persona, no estamos dando spoilers porque la forma en la que estamos relatando lo que vimos ya ha pasado por un proceso que cambia totalmente la visión que el realizador ha dado al material audiovisual. Como diría Nacho Vigalondo“el valor autentico de una película no es spoileable, igual que no se puede spoilear un poema o una pieza musical”.  No tengamos miedo de conversar sobre películas o series, el verdadero sentido del cine no está en las revelaciones que se hagan sino en la construcción narrativa que soporta ese relato. A fin de cuentas, ya todo está dicho.

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