Un médico que acompañó a Michael Jackson durante la gira mundial “Dangerous”, en 1993, afirmó hoy que el “rey del pop” era un “adicto” a los fármacos y que por aquel entonces le inyectó una dosis del potente analgésico Demerol y le aplicó morfina por vía intravenosa durante 24 horas.
Stuart Finklestein compareció hoy durante el nuevo juicio en torno a la muerte de Jackson, un litigio que tiene como demandante a la madre del artista, que responsabiliza a la promotora AEG Live del fallecimiento del artista.
Finklestein, amigo de Paul Gongaware, manager de la gira “Dangerous”, miembro de AEG y uno de los acusados en la demanda presentada por la familia del artista, detalló cómo fue el momento en el que Allan Metzger, el médico de Jackson en Los Ángeles, le recomendó que le administrara una dosis de Demerol al cantante para el dolor de cabeza que sufría.
“Sus nalgas estaban tan llenas de cicatrices y pus que la jeringuilla casi se dobló. Obviamente había recibido múltiples inyecciones anteriormente en esa zona antes de llegar a Bangkok”, indicó el médico, que pasó las 24 horas siguientes dándole morfina a Jackson hasta que se encontrase lo suficientemente bien como para subir al escenario.
Por esa época y tras dos conciertos suspendidos por una supuesta deshidratación, el médico indicó que Jackson comenzó a usar parches de Duragesic, empleados para controlar los dolores crónicos moderados a intensos, que contiene el opiáceo “fentanilo” y que es absorbido por la piel.
Además sostuvo que empleados de Jackson recibían recetas para fármacos que finalmente usaba el propio artista, como es el caso de su maquilladora, Karen Faye.
Finklestein indicó que advirtió a los promotores de esos conciertos de que Jackson era un “adicto”, pero nadie le creyó. Según su testimonio, también advirtió a Gongaware de que Jackson había desarrollado una adicción por los opiáceos.
El “rey del pop” iba a reaparecer sobre los escenarios de Londres en el verano de 2009 con su espectáculo “This is it” que organizaba AEG Live.
El abogado de la familia, Brian Panish, culpó a AEG de presionar a Jackson e ignorar su delicado estado de salud, con el único objetivo de hacer un negocio redondo con la reaparición de Jackson.
En su defensa, AEG sostiene que Jackson contrató personalmente al médico Conrad Murray, quien cumple actualmente una sentencia de cuatro años de prisión tras ser condenado a finales de 2011 por homicidio involuntario en el juicio penal por la muerte del cantante.
Además argumenta que cualquier cantidad económica que adelantó al galeno era un dinero que Jackson debía abonar a título propio posteriormente.
Esta es una fotografía de las medicinas encontradas en la casa de Michael Jackson el día que murió.
Fuente: EFE