Explicar el siglo XX a través de la música requiere acallar el estruendo de guerras, revoluciones y amenazas nucleares para dejar paso a sonidos sutiles y armónicos, un reto que se ha propuesto el Southbank Centre de Londres en 2013.
“The Rest Is Noise” (“Lo demás es ruido”) es un ambicioso festival que aspira a narrar, desde mañana hasta diciembre, el siglo más turbulento de la historia mediante cien conciertos de música clásica y cerca de 150 de charlas y debates que pondrán cada pieza en su contexto.
“La música refleja las estructuras sociales de una época, el entorno religioso, científico y político. No hay una relación directa, ya que cada artista crea algo nuevo y extraordinario, pero las conexiones son innegables”, explicó a Efe Gillian Moore, directora del departamento de Música del centro londinense.
El recorrido sonoro comienza este sábado con una velada dedicada al alemán Richard Strauss y su ópera “Salomé”, basada en la obra del mismo nombre de Oscar Wilde, que a finales del XIX causó tal revuelo entre sus contemporáneos que acabó prohibida por la censura británica.
Al estreno en Austria de la pieza de Strauss en 1906 no solo acudieron los artistas y músicos más reconocidos del momento, entre ellos Giacomo Puccini y Gustav Mahler, sino que el mismo Adolf Hitler aseguraría más tarde que estaba en la platea con 17 años.
La Orquesta Filarmónica de Londres y la soprano finlandesa Karita Mattila volverán a representar en la capital británica el polémico acto final de la ópera, en el que Salomé declara su amor a la cabeza cortada de Juan el Bautista y que supone uno de los pasos finales desde el romanticismo a la música moderna.
Ya introducidos en la primera década del siglo, los espectadores podrán profundizar el domingo en los cambios radicales del momento con una conferencia del matemático Marcus du Sautoy sobre la teoría de la relatividad de Albert Einstein y el pase de “Muerte en Venecia”, la adaptación al cine que hizo Luchino Visconti de la novela de Thomas Mann.
La versión de Leonard Bernstein de “Romeo y Julieta” ilustra el auge de la cultura de masas y trasladará a la audiencia a los primeros grandes musicales de Broadway, mientras que el cuarteto eléctrico de cuerda “Black Angels”, de George Crumb, recordará el final de la década de 1960, cuando Woodstock y la llegada a la Luna coincidieron con la Guerra de Vietnam.
El festival investigará asimismo diversas composiciones electrónicas alumbradas en la segunda mitad del siglo.
“Tras la II Guerra Mundial, los jóvenes europeos vieron cómo todos los valores habían quedado destruidos y se vieron en la obligación de reinventarlo todo de nuevo, así exploraron nuevos instrumentos y medios”, describió Moore.
En diciembre, el festival cerrará su recorrido por el siglo con el oratorio del estadounidense John Adams “El niño” estrenado en París en el año 2000, una pieza de estilo posmoderno con influencias del minimalismo, el rock y el folk.
Adams es “una buena ilustración de lo que ocurre al final del siglo XX, cuando cualquier estilo es permisible y los dogmas han quedado abolidos”, describió Moore, para quien el título del festival, “The Rest Is Noise”, es un juego de palabras dirigido a aquellos que critican la música clásica contemporánea.
Además de un guiño al príncipe Hamlet de Shakespeare, que muere con el lamento “lo demás es silencio”, el título “significa en primer lugar que la gente debe bloquear el ruido para comprender el siglo XX a través de la música, pero también juega con esa idea extendida de que la música contemporánea es solo ruido. Yo, por supuesto, no lo creo”, señaló Moore.
Fuente: EFE