El país del Sur asume como deber de Estado la educación y el rescate de los niños y jóvenes a través de la música emulando el programa venezolano que lidera el maestro José Antonio Abreu
Brasil y Venezuela se fundieron como un solo país. Encabezada por el maestro José Antonio Abreu, esta Nación Musical será la tierra en la que convivirán 200 músicos venezolanos y brasileños que conformarán, en diciembre, la primera Orquesta Binacional. Un logro más alcanzado en la segunda visita a Brasilia de la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar de Venezuela (OSSBV) que selló el compromiso del Estado y el Gobierno de la República Federal de Brasil de crear 300 núcleos orquestales que beneficiarán y rescatarán a más de 500.000 niños y jóvenes.
Esta política de inclusión social y formación de ciudadanos, a través de la música, fue el centro de los acuerdos firmados, primero, por el gobernador de Brasilia, Agnelo Queiroz; el secretario de Cultura, Hamilton Pereira; el secretario de Educación, Ugo Braga; y el jefe del Gobierno, Raimundo Júnior; y segundo con la ministra de Cultura, Marta Suplicy. Ambos con el aval y el respaldo del maestro José Antonio Abreu fundador del Sistema Nacional de Orquestas y Coros Juveniles e Infantiles de Venezuela.
Reconociendo la labor musical, educativa y social que ha realizado desde hace 38 años el maestro Abreu, quien fue condecorado por la presidenta Dilma Rousseff, con la Orden Nacional Do Cruzeiro Do Sul, en su primera clase, se sentaron las bases del proyecto de creación de una Red de Orquestas equivalente a la que existe en Venezuela.
El proyecto brasileño plantea incluir en su programa de educación formal la enseñanza musical, instrumental y orquestal. Además de contemplar la adquisición de instrumentos, formación de docentes, y la implantación de núcleos musicales en cada una de las escuelas del país.
“Este proyecto no es un gasto, es una inversión en el futuro. Ya están creadas las leyes en Brasil para que el acceso a la música sea un bien social que contribuya a formar ciudadanos, tal como lo contempla el Sistema Nacional de Orquestas y Coros en Venezuela. A través de éste, el maestro Abreu ha sacado a cientos de niños y jóvenes del ocio y los vicios. Un ejemplo en la transformación de los países a través de la música”, aseguró Queiroz quien estuvo acompañado del director de la Orquesta Sinfónica de Brasil, Claudio Cohen.
Además de los diversos programas que se firmaron en Brasilia, casi 1.407 personas fueron hechizadas con la energía que transmitió la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar de Venezuela en la Sala Villa- Lobos del Teatro Nacional Claudio Santoro, construido por el legendario arquitecto Oscar Niemeyer.
Bajo la dirección de un Gustavo Dudamel agradecido por contar dentro del público con la asistencia de la presidenta Dilma Rousseff; el canciller de la República Bolivariana de Venezuela, Elías Jaua; y los ministros de Cultura de Venezuela y Brasil, Pedro Calzadilla y Marta Suplicy, la orquesta se reencontró luego de 16 años con el público de Brasilia. Ya no eran los chiquillos que se presentaron en el mismo teatro cuando formaban parte de la Sinfónica Nacional Infantil. Ahora son 200 músicos con experiencia de sobra para atreverse a presentar una Consagración de la Primavera, de Ígor Stravinsky, que llevó hasta el límite las emociones de los asistentes.
Pero fue la contundente fuerza de La noche de los mayas, de Silvestre Revueltas, la que hizo que el público alcanzara el éxtasis musical. Reconoció en cada una de las notas interpretadas por la Simón Bolívar el alma indígena de los antepasados latinoamericanos. Dudamel logró extraer del compositor mexicano, el llamado Stravinsky de América Latina, los colores folklóricos y las melodías prehispánicas que hicieron, al final del último movimiento, sobresaltar a los asistentes por la ejecución sin igual de los instrumentos de percusión.
Todo esto bajo la mirada atenta de la presidenta Rousseff, quien no ocultó su emoción al dejarse llevar por los ritmos de los tres bises que regaló la noche del martes 9 de abril la OSSBV: La conga del fuego nuevo, de Arturo Márquez; el Alma Llanera, de Pedro Elías Gutiérrez; y el Mambo, de Leonard Bernstein.
El periplo musical de la “Gira Latinoamericana por la vida y por la paz” concluye este jueves 11 de abril en Bogotá dentro del Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo. El Sistema Nacional de Orquestas y Coros Juveniles e Infantiles de Venezuela, adscrito a la Fundación Musical Simón Bolívar, pertenece al Ministerio del Poder Popular para el Despacho de la Presidencia de la República Bolivariana de Venezuela.
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