El éxito global del tema surcoreano “Gangnam Style” de PSY, que acaba de hacerse con el récord Guiness al vídeo más popular de Youtube y con el número 2 en ventas en singles en EEUU, parece confirmar el auge planetario del otrora denostado pop asiático.
Al pop de las iniciales, con casi tantas variantes como países, se le conoce como K-Pop si viene de Corea del Sur y como J-Pop si lo hace desde Japón. Estos son sus dos principales colosos, sin menospreciar al gigante chino y su potente filial taiwanesa.
Antes de llover, chispea. Los llamativos logros de PSY se producen después de una serie de señales que hacen presagiar la eclosión mundial de una industria musical tan voluminosa de puertas para adentro que el techo de la casa se le empieza a quedar pequeño.
Hace meses que la revista de referencia Billboard creó su propia tabla de éxitos coreanos y la “girl-band” Wonder Girls, uno de los grupos fetiche de esta lista, se convirtió en 2009 en la primera formación de este país que saltaba a la lista “Hot 100”, en la que se registran las mayores ventas de singles del mercado estadounidense.
Se estima que “Nobody”, la canción con la que Wonder Girls hicieron historia, vendió más de 9,5 millones de copias en todo el mundo, una cifra que asusta casi tanto como los 2,3 millones de personas que -según la agencia local Yonhap- calificaron “Gangnam Style” con un “Me gusta” en YouTube en poco más de dos meses, por delante del “Party Rock Anthem” de LMFAO (1,5 millones).
Tanta expectación levanta el mercado asiático, no sólo como receptor sino también como productor de música, que la última edición del Mercado Internacional del Disco y de la Edición Digital, el Midem 2012, dedicó gran parte de su programación a analizar este fenómeno.
Allí habló el ex guitarrista de Megadeth Marty Friedman, reconvertido en afamado productor en Japón de un estilo pop altamente retocado y almidonado, en las antípodas del heavy metal en el que se curtió.
Desde su experiencia, fruto de años de trabajo y visitas a ese país, su concepto de pop es “puro azúcar”, una mezcla de dance, progressive y pop sin nada de rythm and blues en favor de melodías “alegres y tristes al mismo tiempo”, donde la música de una artista como Adele resulta difícil de procesar.
Proliferan las bandas multitudinarias formadas íntegramente por chicos o chicas, con letras sumamente banales y sin prejuicios que triunfan igualmente en los karaokes y en las ventas. El ochenta por ciento del consumo nacional lleva sello japonés y entre los veinte más vendidos de 2011 solo se colaron las extranjeras Lady Gaga y Avril Lavigne.
Cabe destacar que según el último informe de la Federación Internacional de la Industria Fonográfica (IFPI), Japón ostenta junto a EEUU las mayores cifras de ventas legales de música.
Promotores y productores taiwaneses -que lideran el mercado chino- explicaron a Efe durante este mismo foro que su estrategia comercial pasa por emular el modelo británico de promoción, el mismo que año tras año atrae a miles de seguidores a citas tan conocidas como Glastonbury, Reading, T In The Park, Isle of Wight o V Festival.
“Cada dólar invertido se convierte en cien dólares en forma de ingresos”, defendían, toda vez que el público interesado en acudir a un concierto gasta dinero en traslados, hoteles, compras en la ciudad de destino y, por supuesto, en los conciertos en sí mismos.
Fuente: EFE