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La película “Miguel San Miguel” revive los primeros años de Los Prisioneros

En plena dictadura de Augusto Pinochet, en un barrio humilde de Santiago, un quinceañero Miguel Tapia decide crear una banda de rock que con el paso de los años se llamaría Los Prisioneros y que se convertiría en un éxito de masas en toda Latinoamérica, gracias a sus letras comprometidas.

La ópera prima del director chileno Matías Cruz, “Miguel San Miguel”, que se estrena hoy en los cines chilenos, cuenta los inicios del grupo desde el punto de vista del baterista y fundador del grupo.

“Hace una cantidad de años me encontré con la historia de Los Prisioneros y empecé a buscar el modo de hacer una película con eso. Finalmente lo mejor fue contar la historia del personaje más desconocido dentro del trío”, señaló en una entrevista concedida a Efe Matías Cruz en Santiago.

Transcurre 1979 y Miguel Tapia vive en la comuna de San Miguel, en el suroeste de la capital. Su padre está desempleado y su madre sufre una grave enfermedad. Aparecen los primeros amores y el contexto político está marcado por la represión y las primeras protestas contra el régimen militar. Todo ello marca su adolescencia.

“Yo vivía en un barrio políticamente activo, en el que cuando llegó la dictadura militar de Pinochet se puso más complicado vivir. Pasaron muchas cosas. Muchas cosas de las que ya todo el mundo sabe y sabemos. Lo que pasó en todo Chile, allí también pasó y muy localizado en mi barrio”, indicó Tapia.

Y añadió: “Ahí hay una historia interesante que narrar, junto con la historia de un joven que paralelo a esa realidad quería armar un grupo. Algo que era un disparate por la clase social en la que vivía y porque a principios de los ochenta armar una banda de rock no era lo mismo que ahora”.

“En ese tiempo era un gran, gran disparate”, acotó Tapia, que dio vida al grupo junto al cantante y bajista Jorge González y al guitarrista Claudio Narea.

Pese a lo contado, en un principio Tapia no lo tenía nada claro: “Cuando Matías me invitó a participar en el proyecto (de la película), me llamó la atención”.

“¿Será para tanto que yo cuente la historia del grupo desde mi punto de vista, desde mi perspectiva? Le pedí tiempo para pensarlo”, manifestó Miguel Tapia a Efe.

No fueron necesarios muchos días para que el exintegrante de Los Prisioneros aceptara la propuesta. La confianza en Matías Cruz y el hecho de que no había una historia contada por él fueron decisivos.

“El resultado fue totalmente logrado. No sólo habla de la parte romántica e inocente de esa niñez, el sueño que era armar un grupo de música. También habla de un tema de familia, de una realidad social. Todos esos sentimientos salen en la película y me golpean”, aseguró el baterista.

Una historia de “una épica natural”, de “una dramaturgia pura”, para Matías Cruz, que se animó a llevarla al cine en blanco y negro mezclando varios géneros.

“Si bien es un biopic, también es un drama adolescente y una película musical”, explicó el realizador del largometraje, que destacó también el “condimento” político de la misma.

Estrenada recientemente en el Festival de Cine de Valdivia, en el sur de Chile, “Miguel San Miguel” nace como una película de “guerrilla”, es decir, con pocos recursos.

Eduardo Fernández, Mauricio Vaca y Diego Boggioni son los encargados de ponerse en la piel de los fundadores de Los Prisioneros. Tres jóvenes compañeros de curso en la escuela de actuación de la Universidad de Chile.

“Son gente desconocida, que para mí era importante. No quería usar gente del medio televisivo local porque me parece que agarra un valor más genuino cuando se usa una persona que no la viste antes”, apuntó Matías Cruz.
Dos años y medios han pasado desde que comenzara este proyecto basado en hecho reales y, tanto director como protagonista, coinciden con el resultado final.

Los Prisioneros que fueron un grupo de rock chileno, con incursiones en el reggae y el pop, entre otros géneros musicales, se encuentran en la actualidad separados, tras triunfar en toda América Latina entre 1979 y 1991 y entre 2001 y 2006.

Ante una hipotética vuelta, Tapia no descartó nada: “Sé que la vida tiene muchas vueltas y hay que dejar que las cosas fluyan”.

 

Fuente: EFE