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Zombies No, una de las pocas bandas con bolas que queda en Venezuela

La ideología política de la que seas, es algo que realmente me tiene sin cuidado. No es relevante a la hora de escuchar un disco ni de visitar una página web de índole cultural. De hecho, no es relevante en ningún momento de la vida a menos que te falten el respeto por eso y, ni en este escrito, ni en la música que lo motiva, encontrarás alguna falta de respeto hacia ti.

Por: Alejandro Fernandes Riera // @fernandesriera

Todo el que vive en Venezuela, sin importar de qué lado esté, sabe que el país atraviesa un momento donde el arte puede verse alimentado por situaciones político-sociales y parece que nadie está consciente de ello ni aprovechándolo. Cada quien, desde su trinchera, hace lo que se le venga en gana y aplaudo siempre al que es capaz de expresarlo sin importar que pueda ser silenciado.

Es cierto que la música venezolana atraviesa un momento importante, presentando discos con calidad pero sin ningún aporte a las luchas de nadie. El objetivo no es politizar la música, es cantar sobre lo que se debe cantar y aunque el mismísimo Cerati haya dicho (parafraseo) que una canción que es buena para hacer el amor no es mejor ni peor que una que habla de cómo te roba el gobierno, creo que la coyuntura amerita a que se busque lograr un cambio a través de la música.

No es que haya bandas que no protesten con su música en Venezuela, pero los casos se cuentan con dos manos y si incluimos a los que dicen un mensaje en tarima, que quizás no tocan en sus canciones, puede que ni completemos la veintena sumando los dedos de los pies. Con ‘La Única Culpa Que Tengo’, la banda caraqueña Zombies No da el golpe en la mesa, haciendo críticas completamente de frente a todo lo que, al menos para ellos, está mal, que es básicamente el gobierno de turno en el país.

Ellos mismos lo dicen en la descripción de su Bandcamp:

“Está profundamente inspirado en el extenso proceso de declive político social que su país -Venezuela- ha atravesado en los últimos 16 años y más. Este contenido puede ser interpretado y adaptado a situaciones foráneas identificadas con un declive político social”

Así como tú estás en tu derecho de discrepar de lo que dicen, se les debe respetar el hecho de decir lo que quieran. Es un disco en el que la banalidad se deja a un lado y se atreven a tener letras punzantes que solo buscan concientizar y unir, no adoctrinar y separar al oyente de la bancada contraria.

Solo me queda recomendarles que vayan ya mismo a su Bandcamp (les pongo el embed bajo estas líneas) lo escuchen, lo digieran, y busquen la forma de hacer un cambio, así sea en lo más mínimo.