Música 

Apache estrena el videoclip de ‘Basta’, un tema que aboga por reconocer y tolerar nuestras diferencias

A principios de año, Apache liberó Ahora o Nunca, su más reciente trabajo discográfico en solitario.

De él se desprende Basta, nuevo corte de difusión del álbum, que ahora cuenta con un videoclip dirigido por José Corredor y protagonizado por Luis Palmero, que resume un poco la pesadilla de vivir en una ciudad tan violenta como esta.

El video llega acompañado del siguiente texto en su descripción en YouTube:

Basta, una palabra que la sincronicidad, la casualidad que nunca es casualidad, encierra el titulo del nuevo tema de Apache y el video clip del mismo dirigido por José Corredor, de Point Media Label, que sale justo en este momento al ruedo del hip hop latinoamericano. En él encontramos el mensaje de un hombre forjado frente a la dinámica de todos contra todos que impera en cualquiera de nuestras ciudades latinoamericanas, en su caso personal Caracas, y que ha demostrado que no somos lo que nos presentan, lo que nos rodea, somos lo que decidimos ser. Así, con esa consigna de conciencia frente a circunstancia, de libertad frente a la violencia, de pluma frente al plomo, es este tema. La letra no busca caerle a nadie como anillo al dedo para pegarle su consigna, porque el mismo Apache sabe que la paz no comienza en las calles, o en las grandes causas sociales, sino en el viaje interior de cada uno. El video ilustra este planteamiento llevándonos a un mundo mucho más neutro, mucho menos urbano con nombre de calle y avenida específico, con el que normalmente asociamos al hip hop. Esta vez es una ciudad familiar cuyas calles podrían ser de cualquier ciudad en la que el hombre es perseguido, porque al igual que la paz es un mensaje universal la estética y la lírica de este tema logra volar más alto esquivando las etiquetas políticas o ideológicas apostando por lo mismo que ha apostado Apache desde hace muchos años, la meditación, la continua reflexión sobre que es lo que hace a un ser un hombre, al espíritu aire y al arte alas para liberarlo. Basta, un grito y una apuesta por el gesto mínimo de reconocernos hermanos.

Sin más rodeos, aquí pueden verlo: