Música 

La columna de Calamaro en Rolling Stone sobre cómo escuchar las reediciones de Led Zeppelin

El mítico rockero argentino, Andrés Calamaro, tiene una nueva sección en la revista Rolling Stone en la que incita a gastar dinero en buenos viniles.

En su primer artículo, ‘El Salmón’ te dice cómo tienes que escuchar las recientes reediciones de discos que está lanzando Led Zeppelin.

Léanlo:

Cuando habíamos perdido la cuenta de las reediciones, rescates, tesoros encontrados y reuniones de Led Zeppelin, Jimmy Page vuelve a los archivos para surfear la ola del revival del vinilo con ediciones lujosas de los primeros clásicos del grupo que cambió el sonido y el concepto del rock.

El primer disco, bautizado con el nombre del grupo, fue publicado en enero de 1969 y esta nueva edición incluye, además del álbum original con sonido “mejorado”, dos LPs con un recital de la banda en el Olympia de París, el 10 de octubre de 1969. El soporte vinílico y las flamantes tecnologías híbridas para un nuevo master permiten a Page algo más que sumarle brillo cristalino al sonido original. Esta reedición es un master de nueva generación más que una copia brillosa del original. Acá se puede sentir el deseo de Page de armar un grupo, dirigirlo, conceptualizarlo y dar guerra al rock de finales de los 70. Reinventar la música con algo que pueda permanecer.

La novedad de esta edición es el concierto en Francia, elegido para completar este nuevo episodio en la historia de sus discos, una historia que se resiste a terminar. Estas versiones suenan volcánicas, a teatro derretido, a blues psicodélico denso. Las probables limitaciones técnicas colaboran para que el sonido sea más salvaje y lisérgico. Suena ambiental, se escucha la madera del Olympia de París, que le sirve como caja acústica a una grabación que suena auténtica pesada, sutil y artística.

“You Shook Me”, de casi 12 minutos de duración, suena a infierno encantador. La versión de Zep en vivo, sin los artificios del estudio, es un puré de feedback lisérgico y pesado. El metal licuado, el rock denso y duro de este grupo sensibilísimo, desprolijo y detallista es el Santo Grial de músicos y aficionados. Y plantarse frente a unos parlantes para escuchar Led Zeppelin en vivo en París es una experiencia que te transporta hasta el mismísimo teatro Olympia. En el tiempo y en el espacio.