Después de ver estas fotos, resulta difícil creer que hace apenas seis meses, Río de Janeiro fue sede de la más reciente edición de los Juegos Olímpicos.
Hoy en día, la Villa Olímpica asemeja más a un pueblo fantasma gracias a la desidia y la falta de visión y cuidado.
Piscinas sucias, con aguas naranja; césped de uno de los estadios más importantes del mundo en mal estado; asientos arrancados de sus sitios, rotos, sucios. Estas son solo algunas de las características de un sitio que apenas el año pasado estaba en las mejores condiciones posibles y que parecieran haber sido abandonados en su totalidad.
Aquí las fotos:
Fuente: Business Insider