Deberíamos considerarnos afortunados porque hay gente en el mundo que tiene que caminar mucho para intentar conseguir agua potable todos los días.
Ese es el día a día de unos niños en zambia que tienen que viajar, mínimo tres veces al día, a buscar tan preciado bien y lo que consiguen siempre está un poco turbia.
En su pueblo, en Zambia, pusieron agua limpia por primera vez y estas fueron sus reacciones: