¿Es la colonización una fantasía de Asimov y Bradbury? ¿O es realmente plausible?
Tener relaciones sexuales en ingravidez es bastante incómodo pero posible, de acuerdo al astrofísico y divulgador científico Neil deGrasse Tyson. El problema principal radica en la tercera ley de Newton: “con toda acción ocurre siempre una reacción igual y contraria”. Si empujas te empujarán, y todo sería un desastre incluso para besarse.
“En un entorno de gravedad cero vas a necesitar unas correas. Probablemente haya gente que ya esté equipada con estas cosas de todos modos”, explica. “Cuando flotas en el espacio y te mueves hacia alguien, entonces rebotan. El movimiento se preserva, no hay fricción. Necesitas algo que los mantenga juntos.”
Vanna Bonta, una escritora de ficción autora del libro ‘Flight: A Quantum Fiction Novel’ ya lo había planteado con anterioridad después de participar en un vuelo parabólico, tal como destaca Gizmodo:
“Me quedó claro que, en gravedad cero, la atracción también es igual a cero. Resultaba casi imposible darse un simple beso, requería un gran esfuerzo”.
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