La veterana banda californiana de punk-rock Green Day abrió hoy con teatralidad y diversión el primer día del festival portugués “Optimus Alive”, en el que la música sirvió de complemento al espectáculo.
Los de Billie Joe Armstrong pusieron en escena, durante más de dos horas, casi una treintena de canciones en las que conjugaron recuerdos al humor británico de Benny Hill con un diálogo constante con el público del festival.
La banda demostró su solvencia tras sus 25 años de carrera con un enérgico concierto basado en clásicos con el que arrancó la séptima edición del festival, situado en Oeiras, a 20 kilómetros de Lisboa.
El repertorio se centró en “Dookie” (1994), el disco que les dio la fama mundial, y “American Idiot” (2004), la ópera rock que contaba la historia del personaje inventado “Jesus of Suburbia”, que tuvo su versión sobre las tablas de Broadway.
Los dos simbólicos álbumes retiraron la atención de su más reciente trabajo, la trilogía “¡Uno!”, “¡Dos!” y “¡Tré!” (2012), de los que apenas sonaron una media decena de canciones.
La banda entró en escena introducidos con dramatismo por el tema “Blitzkrieg Bop” de la mítica banda The Ramones y la canción principal de la banda sonora de “El bueno, el feo y el malo”, compuesta por Ennio Morricone.
Tras el preámbulo, el grupo calentó al público con “99 revolutions”, canción que da nombre a su actual gira, que empezó el pasado marzo.
El sencillo “Know your enemy” siguió amenizado con malabares y una declaración de intenciones de Armstrong que, ya con el sudor corriendo el maquillaje de sus ojos, proclamó a sus seguidores que esta noche era “una cuestión de amor y alegría”.
Con carreras continuas y batallas entre las guitarras de Amstrong y su compañero Jason White, contra el bajo de Mike Dirnt, sonaron potentes himnos como “Holiday”, “Burnout” o “Basket case”.
También recurrieron al género más dramático al dar protagonismo a un público entregado con “Wake me up when September ends” y “Boulevard of broken dreams”, con la que el vocalista se lanzó al suelo para loar a los asistentes.
La épica la puso el momento en el que el cantante invitó a un espectador a subir al escenario para acompañar a la guitarra a la banda durante el clásico “Longview”.
El cuarteto aún tuvo tiempo de transformarse en unos roqueros puros con unos acordes del “Highway to hell” de AC/DC, trasladarse a mediado del pasado siglo con el una versión de “Shout!” de The Isley Brothers y convertirse en los caballeros de la mesa cuadrada con “Always look on the bright side of life”.
Para completar sus registros, introdujeron en el popurrí los mitos ingleses con “Satisfaction” de The Rolling Stones y “Hey Jude” de The Beatles, antes de bajar el telón, a la de “¡tré!”, con el tema “Brutal love”.
Antes de la llegada de los de Nueva York, casi todo Reino Unido estuvo representado entre la ecléctica selección recogida en el escenario principal.
Los galeses Stereophonics abrieron la tarde con su más reciente disco “Graffiti on the train” y la banda escocesa Biffy Clyro les siguió con “Opposites”.
Los norirlandeses Two Door cinema club desgranaron sencillo por sencillo sus dos únicos trabajos de estudio con Alex Trimble a la cabeza, impecablemente ataviado con americana verde musgo, pantalón claro y su característico flequillo pelirrojo.
Junto a Green Day, el otro nombre destacado del día fueron Vampire Weekend, que agotaron los metros cuadrados del segundo escenario.
Los neoyorquinos abrieron con “Cousins”, de su segundo álbum “Contra”, y llegaron a su momento álgido con “A-Punk”, de su disco debut.
Tampoco olvidaron tocar el sencillo “Unbelievers”, cuyo videoclip grabaron en Portugal antes de acudir al festival.
Las actuaciones terminaron con la música que salió de los platillos del DJ Steve Aoki, que ha revolucionado el final de la noche con sus habituales distracciones, como el lanzamiento de tartas al público.
La séptima edición del certamen continúa este sábado con los electrónicos Depeche Mode y Editors como nombres destacados, y cierra el domingo con Kings of Leon y Phoenix como cabezas de cartel.
Fuente: EFE