La última gran obra de un coloso de la música.
El pasado 8 de enero, Bowie no solo celebró su cumpleaños 69 y lanzó su último disco, Blackstar, sino que se despidió del mundo y nadie lo notó.
Su batalla de 18 meses contra el cáncer del que casi nadie sabía se hizo tragedia y apagó su cuerpo para siempre, pero para despedirse, el imaginativo y original artista quiso hacer un último acto de genialidad.
En su último video, Lazarus, Bowie le dijo al mundo que estaba preparado para ir al otro lado, mostrándose vendado y frágil en una cama de hospital. Sus primeras palabras en el video son “Mira aquí arriba, estoy en el cielo / tengo cicatrices que no pueden verse”, algo que coincide con la terrible enfermedad que se lo llevó.
Luego, en el video, Bowie comienza a flotar, algo que NME describe como una transmutación al otro lado, cualquiera que sea este. Mientras intenta liberarse, otro Bowie, con su inspiración intacta y en mucho mejor estado aparece, y comienza a escribir en un cuaderno, mientras vemos una calavera en su escritorio, que podría significar la muerte sobre Bowie y su última creación, antes de que este se meta en un guardarropa de madera, algo que dicho medio cataloga como un ataúd perfecto para un ícono del estilo y la moda como él.
Aquí pueden ver el video: