Desde que este portal existe, algo curioso ha ocurrido en la música venezolana. No podemos decir que la crisis no ha afectado la producción en el país, que viene reduciendo sus cantidades de discos editados desde entonces, pero jamás mermando la calidad de los mismos.
2016 ha sido particularmente difícil, donde las buenas noticias vienen a cuenta gotas y difícilmente logran bregar contra todo lo malo que está ocurriendo en Venezuela. Estos 50 álbumes que encontrarán a continuación pueden ser una vía de escape, quizás momentánea, al status quo del venezolano.
Divididas en 35 discos de larga duración y 15 en formato EP, esta media centena de producciones sellan otro año de oro para la música local, cuando todo lo demás está en ruinas. Ya vendrán tiempos mejores para las otras caras del país, pero al menos la artística sigue viviendo su mejor momento y no parece que vaya a detenerse próximamente.
– Los 35 Mejores LP venezolanos de 2016 –
Ahora desde España, el cantautor caraqueño decidió editar de una forma creativa su cuarto material discográfico, tras su debut Rompecabezas (2011) y los EP Tristeza y Poptimista (2013 y 2014). Los días 22 de cada mes, comenzando en enero, Angola presentó un nuevo track de este disco con su respectiva pieza audiovisual, grabada en algún lugar distinto del mundo. El cantautor, siempre bien armado con su guitarra, su pedalera de loops y su voz, vuelve a cantar desde su corazón roto y lo que hace para superarlo. Pop catártico, sin pretensiones y deseoso de expiación.
Desde La Victoria, Estado Aragua, llega este experimental y denso trabajo de la mente de Edgar Cabrera (ex Abrázame, Estoy Asustado). Su propuesta se nutre de la música electrónica, el Lo-fi, el Shoegaze, el Hip-Hop y el Ambient, y crea ambientes oscuros que complementan lo que plantean sus letras a lo largo de 12 tracks. Para ponerle el ojo.
Raúl Sanabria llevaba años moldeando la propuesta de Demedinas, trabajando como productor de artistas como Loocila o Corales, pero hasta este año fue que decidió finalmente mostrar su propia música y el resultado vale la espera. Siempre es una colección de 9 tracks producidos por Sanabria en una onda lo-fi que toma mucho del post-rock y el noise, en especial en el tratamiento de las guitarras. Un trabajo denominado por el propio artista como “artesanía sonora”, donde pone especial cuidado a la texturización de los sonidos.
Con este disco, los valencianos rescatan el rock progresivo y experimental de la prestigiosa escuela Mars Voltiana, donde cada trimestre tienen clases intensivas de Pink Floyd y King Crimson, además de estudiar a fondo todas las creaciones del prolífico Omar Rodríguez-López. Surrealistic Sweven es un viaje astral con canciones de hasta 16 minutos, donde se aventuran a hacer música completamente diferente.
Este Power-Trio valenciano, mención especial del Festival Nuevas Bandas 2015, editó su primer LP en el que exhiben su envidiable pericia como instrumentistas. El bajo es el protagonista principal en un álbum netamente de Rock alternativo, que recuerda el trabajo que solían hacer grupos como Malfunkshun en la pujante escena grunge de Seattle. Un álbum directo y estridente en partes iguales.
Los caraqueños debutaron en la escena con un disco de rock funk con un sonido potente, logrado en gran medida por la decisión de grabar con Felipe Gruber, usual productor de géneros más extremos. Coros pegajosos y buenos riffs funky son el nombre y apellido de esta carta de presentación donde también se siente gran influencia de la música latina.
El segundo trabajo de Octavio Suñé como Octavio Suñé (para no contar sus proyectos electrónicos previos a la edición de su disco Esto Ya Lo Toqué Mañana en 2010) demuestra la madurez de un cantautor con especial predilección por lo melancólico y por la introspección personal. Suñé entrega un disco puro, rockero, directo y con muchas ganas de contar historias.
Poco pareciera quedar en el ser musical de Valeria Hernández de lo que solía hacer con su banda Skin. Por fortuna le queda la actitud para mostrarnos un disco de Dream Pop finamente planteado. Un disco gustoso de escuchar, aunque al rato pueda llegar a resultar un tanto monotemático.
Joropo, cumbia, tambores, música indígena, electrónica y rock psicodélico. De la mezcla de todo esto resulta Caribe, nuevo LP de estos maracuchos radicados en Francia, en donde practican música mestiza y bien conceptualizada. Este disco es una evolución de sus trabajos anteriores, mostrándonos una faceta diferente y más electrónica de nuestro folklore.
El nombre de la más reciente producción discográfica de Desorden Público contrasta con el mensaje que dan en sus canciones, pues si bien podría tomarse como una clara alegoría a lo que pueda quedar de país para fin de año, en sus letras abogan por no perder la esperanza en un momento inestable para el país, político, económico y socialmente hablando. No es un Plomo Revienta, ni un Canto popular de la vida y muerte, pero ya esos discos los hicieron y si tienes 30 años tocando ininterrumpidamente, puedes hacer lo que te de la gana. El asunto es que Desorden hace lo que le da la gana, y siempre lo hace bien.
https://www.youtube.com/watch?v=eYqBo-Imv2s
El mayor logro de este disco no es solo reafirmar la recuperación de Yordano, hecho que sirvió de buena noticia en un año turbio, sino también juntar a artistas de peso, como Franco De Vita, Ricardo Montaner, Carlos Vives, Andrés Cepeda, Servando y Florentino, Kani García, Los Amigos Invisibles, Axel, Gianmarco y Santiago Cruz, a reinterpretar los temas más representativos de esta leyenda del Pop local. Yordano, más vivo que nunca, asume su papel de crooner con gallardía y le da un twist más caribeño a canciones ilustres de su repertorio, como Otra Cara Bonita o Manantial de Corazón, en un material necesario para grabar en oro el nombre del gigante ítalo-venezolano en el Olimpo de la canción latina.
El Rockabilly no es un género tan común ni en el mundo, ni mucho menos en Venezuela. El Psychobilly, mucho menos. Revólver Suicida grabó con Rafael Cadavieco uno de los pocos discos de este género en nuestro país. Pero no es solo Psychobilly, pues los géneros parientes, como el Punk y el Surf, también se dejan colar en un álbum desenfrenado y potente.
De las curiosidades de esta lista. Se trata de un ensamble donde escuchamos a una noruega, acompañada de músicos ingleses, australianos y un venezolano, interpretar temas populares de la música venezolana como Sabana y Tonada de Luna Llena, o los tradicionales cantos de pilón en clave de Jazz. Una interesante reinterpretación de la música venezolana, que da gusto de escuchar.
José Vargas, simplemente conocido como Vargas, no solo produjo su propio disco este año, titulado Radiocassette (el cual, SPOILER, encontrarán luego en esta misma lista), sino que también tuvo tiempo de hacer lo propio con el nuevo álbum de Gona, brindando un ambiente atormentado a la propuesta del cantante venezolano de Rap, Raggamuffin y Dancehall. Apache, Flysinatra, Akapellah y más intervienen en uno de los mejores discos del género en los últimos años.
El segundo LP de Pegaso es el resultado de mucho trabajo y una exhaustiva reinvención de la propuesta de la banda. Rock espacial, psicodélico, con especial debilidad por los sonidos del sintetizador y la guitarra eléctrica, que brinda solos geniales a varios de los temas del disco.
Su participación en el Festival Nuevas Bandas 2015 y la publicación de una serie de sencillos hizo que muchos pusieran una ficha en el nombre de esta agrupación caraqueña. Con Todo es Bello, Dandy León muestra un Pop Rock con feeling psico-caribeño, de guitarras bien cuidadas y estribillos pegajosos. Buen esfuerzo.
Tras años de andar mostrando su propuesta en todas las tarimas alternativas que ofrece Caracas, Laura Guevara finalmente editó su álbum debut de estudio, que aunque de a ratos se siente que no necesitaba tanta producción, tiene en esencia las canciones con las que la pelirroja compositora cautivó a su público. Letras honestas, de desamor y pesares, acompañadas de partes musicales de alta factura que bien son traducidas al formato en directo, gracias a una espléndida banda soporte y el innegable carisma de la cantante.
Wladimir Rancho comanda la creación de este creativo material, donde amalgama folk, jazz, rock y música psicodélica con letras poéticas, recordando a agrupaciones criollas como Tribop o Domingo En Llamas en el proceso. 10 buenos temas que le cantan a la introspección y al amor. El empaque físico, en forma de caja de fósforos, denota el cariño y la importante presencia artística que acompaña al disco.
El compositor venezolano Marcel Bardón sorprendió con un disco que suena diferente a todo lo que está en esta lista, con un sonido a medio camino entre el glitch, el IDM y el Rock Industrial, desde un approach más experimental. En las 18 canciones, algunas instrumentales y otras con voces, se palpa la influencia de músicos como Trent Reznor mientras que Bardón aborda temas de lucha personal y de encontrar la tan ansiada paz interior.
La música mestiza de Cosaspasarán resulta difícil de encasillar en un solo género, pues sería una racanería decir que solo tocan Post-Rock, o Jazz con toques latinos, o música experimental, o incluso una mezcla de todo lo anterior. Este trío tamiza las sonoridades venezolanas por un filtro que resulta de la aleación del Post-Rock y el Jazz (escuela de sus integrantes), logrando música de carácter evocativo y soberbiamente interpretada. Una grata sorpresa encontrarse con discos que presuman de esta factura.
Desde hace algunos años, Apache lleva recorriendo el mundo sumando una gran cantidad de seguidores a su causa, de colaboradores a su propuesta y de significado al concepto de Original Combination. Casi todos los 17 temas encontrados en esta pieza cuentan con un videoclip y esto solo significa que el rapero se ha mantenido generando contenido en los últimos meses y un disco fue la alternativa más obvia para condensarlo todo en un solo tirón. Apache es, y desde hace rato, de las caras más importantes del Hip Hop venezolano, y con este disco, deja patente su presencia a nivel iberoamericano. Grandes beats pintan a las implacables rimas de Apache, que siguen recorriendo sus temas favoritos: el cannabis y la crítica social.
Mariano Briceño es un diamante en bruto de apenas 18 años, en los que ya puede presumir de ser ingeniero del prestigioso Estudio Pararrayos. Ahora radicado en México, su trabajo en solitario responde a sus inquietudes por el Emo Math Rock, ya exploradas en su proyecto m a n g o. Acordes ingeniosos en la guitarra se dejan colar entre repiques de batería precisos, matemáticos, que sumergen al oyente en las historias personales que busca contar el compositor a modo de confesionario. Hay sufrimiento, hay miedo a perderse en un país extranjero, hay los agridulces de la nostalgia, y esto se palpa en la voz de Briceño, quien con cada grito deja fluir naturalmente cada uno de sus sentimientos.
Proyecto nacido en el estudio del luso-venezolano radicado en Inglaterra, Alex Figueira, que ha tenido buena valoración por parte de medios extranjeros especializados, Impuros Fanáticos es el nombre de su segunda producción musical, en donde se ven fusionadas corrientes sonoras cercanas al Garage Rock, al Rock Psicodélico, al Funk distorsionado, la Tropicália y los ritmos africanos, caribeños y brasileros. Locura controlada, imaginativa y bien trabajada.
El año pasado, finalmente vio luz el genial disco de Gustavo Guerrero y José Ignacio Benítez (Domingo en Llamas) bajo los pseudónimos artísticos Augusto Bracho y Moisés de Martín. Este año, Guerrero editó el álbum de otro de sus proyectos a dúo, El Conjunto, el cual integra con Martin Bruhn, músico argentino que ha tocado con artistas como Julieta Venegas, Jorge Drexler o Natalia Lafourcade, cuya banda es liderada por el que fuera vocalista y guitarrista de Cunaguaro Soul. En Antología 2, su disco debut, hacen inventario por el cancionero y los ritmos latinoamericanos, mostrando respetuosas versiones de temas como La Jota Carupanera de Gualberto Ibarreto, Llévatela de Armando Manzanero o el Merengue Sin Letra de José V. Peña Suaso, sin agotar espacio para creaciones propias en el mismo orden de ideas. Testimonio de la grandeza de estos dos músicos.
Otra Realidad, su primer disco en solitario, significó un cambio total con respecto a su trabajo en Sentimiento Muerto, P.A.N. y Atkinson La Banda. Con Amor de Madre, también se distancia hasta de su propio primer disco. El bajista presenta una colección de temas acústicos, con muchos pesares, como si tratara de exorcizar a sus demonios personales a través de sus canciones, y eso es lo que hace grandes a algunos letristas. Rock que desahoga el alma.
En su anterior álbum, Ciudad Mareada, Vargas se rodeó de un equipo de músicos soñado para muchos, y logró posicionarse con temas como La Respuesta o el homónimo al disco, como uno de los cantautores a observar de la nueva camada criolla. En Radiocasette, la fórmula en estudio fue distinta, ya que prefirió optar por los sonidos de sus teclados y las cajas de ritmos y alguno que otro instrumento, grabados en su mayoría por el mismo Vargas, para plasmar la sinceridad que quiere que represente esta nueva etapa de su carrera artística. Acá escuchamos cantar sobre sus amores y desamores a un Vargas sin filtro, que busca más el feeling que la perfección, y logra su cometido de darle una estética sonora retro a los temas que decidió mostrar, sin pulituras, lo-fi. En Blues o Jazz, o lo que le provoque tocar ese día, Vargas siempre termina dando un cariz Pop envidiable a la música que toca.
Obertura es la confirmación de lo que esperábamos. Joudy Ju se postula como una banda con futuro promisorio y este disco, con un sonido sórdido y con más potencia al mostrado en su LP anterior, La Bestia. Aquí, despliegan un Rock con sonido influenciado por el Grunge y el Rock alternativo hecho en otras regiones en los noventa, explotando sus elementos psicodélicos en especial con la guitarra, en plan estelar a lo largo de los nueve temas que conforman Obertura. Un disco adictivo, maduro, bien planteado y con alma.
Tras un primer disco lleno de buenas ideas pero que no correspondía con lo que hacía la banda en directo, los de Acarigua prepararon un coctel psicodélico de 11 temas donde brotan su vena electrónica para abordar diferente la música, creando canciones pegadizas y muy bien instrumentadas, con ambientes psicodélicos, bajo la etiqueta de Indie Pop Rock. Una reinvención en términos musicales y de concepto, que finalmente hace justicia a la propuesta de La Abuela Disco en tarima.
Otro exintegrante de Boom Boom Clan en plan solista. Erly Ruiz llevaba rato experimentando con el Post-Rock y la electrónica, pero en sus dos últimos EP, luego compilados con el nombre de Coloreado, el artista se encuentra como cantautor dejando un disco entrañable en el proceso. Aquí, escuchamos a Dolli cantar sobre el amor en un Folk dulce y poético. La ternura con la que se expresa y la instrumentación, simple pero justa para cada canción, hace de este álbum una joya que se siente como una serenata poco convencional, en cualquier calle de Caracas, como si el autor estuviera cantando de frente a la persona que inspiró cada tema.
Dos discos y miles de tarimas después, Rawayana puede considerarse una banda completamente diferente a la que era en 2011, cuando lanzaron su seminal Licencia para ser libre. Aunque de a ratos puede sentirse un pastiche, debido a su variedad de géneros (abarcan desde su reggae pop de siempre, a merengue y R&B), lo cierto es que Trippy Caribbean solo deja patente la madurez a la que ha llegado los chicos, a pesar de algunas de las rimas de sus canciones. Esto es un compendio de temas diferentes, pero con una misma piel pop, que solo buscan adherirse en tu cerebro y tenerte cantando todo el día. No es arriesgado decir que se trata del álbum con el que la Rawayana dará el palazo necesario para triunfar en el continente, pues tienen un diamante al que acompañan tan bien tanto audiovisualmente como en vivo, que poco o nada podría detener al bólido sin frenos que se avecina. No hay dudas: este es su mejor disco hasta la fecha.
El debut en solitario de Javier García, otrora vocalista de Telegrama, tomó a más de uno por sorpresa. Y es que en Barriendo Escombros Después De La Fiesta, García retoma su pericia para componer canciones pop, pero con un tratamiento sonoro diferente, en el que ahora deja fluir toda la rabia que siente por nuestros gobernantes y la corrupción a lo largo de casi todas sus canciones, donde salta entre estilos con un norte bien claro. Un blending enérgico entre el Indie Pop, el Folk Rock y la electrónica, donde de a ratos se deja escuchar algo de Funk.
Parece que el trabajo de Zeta solo sigue una línea ascendente en cuanto a calidad y contenido se refiere. Haedo (2010) significó un nuevo aire en la música extrema venezolana. Las Nuevas Tendencias (2012) se convirtió en uno de los discos de referencia de ese año y mostró las direcciones que tomaría la banda para sus siguientes trabajos, Explosión Del Cosmos Del Alma (2013) y En Medio De La Tormenta (2014), en los que ahondaron en su faceta Math-Rock y Post-Rock que excelentemente añaden a su Punk Hardcore. Con este disco, Zeta aún sigue ahondando en la naturaleza del ser humano y plantea en los 10 tracks una serie de interrogantes existenciales que no oculta su paleta de emociones, dejando ver sus respectivas dosis de nostalgia, rabia, insatisfacción, tristeza, desesperación, desasosiego, ansiedad, angustia, decepción y miedo, acompañadas con la perfecta representación musical del caos controlado. Espléndido.
La Metamorfosis de Luis Irán podría “pecar” de sonar a Los Paranoias, pero si hablamos del artista que comandaba a la desaparecida banda caraqueña, tampoco es que sea un escándalo. Con este álbum, el artista entra en una nueva etapa como compositor y letrista tras experimentar el cambio más especial e importante que puede haber en la vida de un humano: la llegada de su primer hijo. De allí, Irán se inspira para cantar sobre la nueva vida en familia, sobre darle su metabolismo a un pequeño renacuajo que le cambió la vida y que ahora se ve rodeado de sus juguetes, y sobre cómo tantos seres queridos se han ido del país buscando una vida digna. La honestidad perfuma cada acorde de las siete canciones que conforman esta pieza, escritas por la pluma de un hombre que asume los cambios, buenos o malos, como musa para dar vida a sus temas.
Cheky Bertho lleva algunos años fuera del país, pero no fuera de la creación musical. Tras dar vida a dos de los proyectos más interesantes del universo artístico caraqueño, Boom Boom Clan y Jóvenes y Sexys, Bertho editó en 2011 su disco debut, La Lucha Constante, pero es en La Confianza Ciega donde da un paso adelante y finalmente se consolida como una de las nuevas voces de iberoamérica. Hablamos de un álbum con un sonido pintoresco, caribeño, y muuuuy pop, que reminisce a las creaciones del español El Guincho, pero con personalidad única. Bertho emplea las texturas que le permite la electrónica y los filtros en su voz, acompañado de su fiel guitarra, para ofrecer un material que se sale del molde y crea un híbrido pop-latino-electrónico que le coloca en una posición privilegiada en el mundillo alternativo a nivel continental.
Por distintos factores, tras 20 años de trabajo ininterrumpido, los Tomates Fritos de siempre pasaron a ser solo tres (aunque en vivo, les acompañan algunos cuantos más). Esta nueva alineación de los liderados por Boston Rex afrontaba varios retos a la hora de dar forma a lo que terminó siendo este disco, pues tras cuatro trabajos espléndidos inspirados completamente en el Rock sureño y con Tom Petty como palabra santa, decidieron hacer un cambio de identidad y salir de lleno de su zona de confort. Es por ello que desde el primer al último acorde de este álbum, si le bajamos al canal de la voz, cuesta un poco identificar que estamos delante de un álbum de los Tomates Fritos. Acá la fórmula cambia, pues los Tomates optaron por un sonido retro, con inspiración de la música de los años ochenta, una vertiente explorada con éxito en tiempos recientes por agrupaciones como The War On Drugs, por la que la que los orientales han admitido su debilidad y a la que citan como gran influencia en la concepción de su quinta placa discográfica. Sin embargo, como solo pasa con los buenos compositores, las letras tienen ese je ne sais quoi de estadio que inspiran a cantar a todo gañote, y esto es un artilugio que acompaña a esta institución desde sus primeros trabajos. Los sintetizadores se anteponen a las guitarras y se convierten en el santo y seña del conjunto, al menos para este disco. No es arriesgado decir que buscaron comprender la música de una forma diferente para lograr nuevos resultados, y a nuestro juicio, lo lograron. El apartado lirical está impregnado de desamor y melancolía, las fragancias favoritas de su autor, quien se atreve también a escribir sobre la situación del país (Ya Estaba Mal), aunque de una forma bastante tímida y esto podría ser el único punto flaco de un disco sólido, sincero, con detalles cuidados minuciosamente, y un crafting digno de una banda con el bagaje musical de Tomates Fritos. Brindemos por 20 años más de la banda, que de aquí a que pasen, ya iremos añejando lo que vayamos a beber cuando cumplan los 40.
– Los 15 Mejores EP venezolanos de 2016 –
Este venezolano radicado en Madrid ofrece al público un corto segundo EP de apenas dos temas con alma y sonido casero, pero muy buenas ideas. La canción que da nombre al material, escrita completamente en Euskera, asoma la postura lúdica que el compositor tiene hacia la música, que va en una onda de folk distorsionado y Lo-Fi con agradables melodías. Muy buen trabajo, que invita a escuchar más de lo que trae el artista en el futuro.
Carlos Eduardo Reyes (ex Claroscuro, ex Joystick, ex Chucknorris) debutó como solista en 2013 con un maravilloso trabajo titulado Futuro. Ya asentado en su natal Colombia, aunque fue prácticamente criado en nuestro país, presenta este EP de tres canciones donde rinde homenaje a la música colombiana dando nuevos aires a temas tradicionales de su cancionero popular.
Dos temas de Rockabilly, dos temas de Swing y dos temas de Psychobilly, uno de cada uno en inglés y uno de cada uno en español. Frankenstein V8 decidió poner todas sus cartas sobre la mesa en este divertido EP. Perfecto para bailar.
Simón Hernandez, Kev Lovera y akaMustafa comandan este proyecto que navega un mar donde desembocan los ríos del Dub, el Afrobeat, los tambores venezolanos y el Reggae en un proceso mestizaje que parece hecho a la medida. En este EP, toman dos temas de Cunaguaro Soul (de la que Hernandez fue baterista) y los retrabajan a su estilo, mismo tratamiento que le dan en forma de homenaje a una entrevista de José Ignacio Cabrujas, y el cual dejan fluir de forma natural en los otros dos temas restantes del material.
Una de las bandas de culto más importantes de la ciudad musical por antonomasia de Venezuela, Barquisimeto, decidió editar un EP con textura Lo-Fi en el que siguen practicando su Rock con influencia de la oleada Grunge y la estética sonora del Noise Rock.
Tras la disolución de D’Eras, uno de los grupos más promisorios de la escena indie caraqueña, dos de sus integrantes se mudaron a Santiago de Chile y crearon Los Pájaros. Desde allá, presentan este EP con un sonido tan colorido como su portada, en el que esbozan un Indie Pop con toques de Dream Pop que es simple, es divertido y además es una buena carta de presentación de un grupo con muy buenas intenciones.
Stoner Rock desde el macizo Guayanés. Y hasta más. Este trío presenta un EP de cuatro temas de velocidad acojonante, con riffs llenos de fuzz, una voz iracunda que canta desde las entrañas y una batería potente y precisa que nos adentran en un mundo denso, en el que se aprecia la influencia del Doom y el Sludge Metal. Una agradable sorpresa.
Andrés Pazos es uno de los prospectos a seguir en la canción de autor venezolana. Desde su posición de crooner, el caraqueño expone sus vivencias desde la intimidad de su guitarra acústica buscando hacer lo que podría definirse como un Folk Pop acústico con influencias del Hip Hop a la hora de construir las letras. Negativo en el Tercero es una colección de cuatro canciones honestas, todas de su autoría, entre las que por desgracia, no está mejor creación hasta la fecha, Química, Feeling y Clic. El sonido casero del EP nos lleva al cuarto de And Panza para escuchar en primera fila cómo el autor pide perdón, narra cómo le rompieron el corazón y escribe las poesías que su musa coloca casi por arte de magia en su cuaderno.
A pesar de la asumida disolución de Wahala, Gustavo Casas jamás ha dejado de hacer música. En múltiples proyectos, todos centrados en el sonido de su guitarra acústica, Casas había dejado latente su intención de hacer música en plan solista, y con este EP, finalmente llegó el momento. Amarillo incluye cuatro temas en la ola de la nueva canción de autor venezolana. El video de su primer sencillo, Verte Ya, fue justamente nominado al Latin Grammy y suma aún más credibilidad (si es que le faltaba) a la propuesta de un Gustavo que se escucha mucho más maduro y centrado, y del que sin duda queremos escuchar mucho más.
La carta de presentación de esta novel agrupación marabina les posicionan como dignos herederos del trono de TLX en el mundillo alternativo del estado más al occidente del país. Seis canciones de Indie Rock con interesantes letras y líneas de guitarra que nunca buscan eludir su asociación con el Pop.
Tres venezolanos radicados en Nueva York se juntaron para hacer este potente EP de Jazz experimental donde la viola y el violín se compaginan con la guitarra y la batería para hacer música con alma latina, pero que fácilmente podría encajar en los clubs de Jazz que suele frecuentar Woody Allen en la Gran Manzana. Excelente esfuerzo.
Que no los engañen los primeros 28 segundos de este extended play de 6 canciones. Lo que escucharán es una pared de concreto cargada de riffs rápidos y una actitud digna de un EP como este. Si se preguntaban qué había sido de Norton Pérez después de La Puta Eléctrica, ahora lo saben: se fue a Finlandia a, entre otras cosas, formar una banda de metal que deja su primer testimonio discográfico con nombre homónimo al proyecto: Necronomisurf. Aquí escuchamos una mezcla de Doom y Trash Metal con instrumentación incendiaria, y ganas de machacar tu cráneo desde dentro hacia afuera. Sin embargo, que esta descripción no los asuste de escuchar una de las joyas más estridentes que nos ofreció la música venezolana este año.
Falsos Hermanos (2013) fue el EP con el que descubrimos el nombre de La Pequeña Revancha, un dúo formado por Claudia Lizardo (hija del gigante PTT de La Misma Gente) y Juan Olmedillo (vocalista de Los Mentas). Tres años después, la banda vuelve a apostar por lo conciso que resulta el formato EP para presentar Pasos Sincopados, un material donde el grupo da un vuelco a su sonido, buscando más electricidad, pero manteniendo las letras hermosamente escritas en la ecuación. Desde el experimento trip hop en Yo Era El Sol (faceta que deberían explotar más pues se les nota cómodos) y el bolero Rosa de Montecarmelo, al histriónico relato de Rojo y la seductora La Fiesta del Señuelo, La Pequeña Revancha muestra el gran proceso evolutivo que atravesaron entre disco y disco, asumiendo con gallardía el peso que tienen a sus espaldas de ser de los nuevos pesos pesados de la cada vez más maltrecha movida venezolana.
En años tan difíciles como estos últimos, Boston Rex quiso escapar un poco de la realidad creando música. La musa le trajo un disco nuevo de Tomates Fritos y le sobraron canciones para un EP solista, en el que apela por la melancolía del Folk para buscarle solución a sus problemas del corazón. Crímenes de Guerra supone el aporte de Rex a una escena que él mismo se ha encargado de cultivar en Venezuela: la del Folk de autor. En este EP, le escuchamos cantar con sinceridad, y eso es fundamental para cualquier tipo que decida enfundarse una guitarra acústica para hablar de sus problemas.
Los ochenta están de moda en el estado Anzoátegui. Pólyman partía como favorita a hacerse con el título en el Festival Nuevas Bandas 2016, que lamentablemente tuvo que posponerse debido a la penosa situación que atraviesa Venezuela. Los orientales, en solo tres tracks, aportan un sonido que remonta al Post-Punk y el Synthpop de los ochenta, con algún que otro elemento del Noise y el Shoegaze pero con una intención Pop perceptible en sus composiciones. El futuro suena al pasado, y no nos quejamos de nada.
https://soundcloud.com/polyman-523113575/sets/polyman