Por Alejandro Fernandes Riera // @fernandesriera
Estaba en un evento y un amigo me muestra la pantalla de su teléfono. Le ha llegado el flyer de una gira Latinoamericana de la banda española Niños Mutantes y nos hemos quedado helados al ver que, entre las fechas, se encontraba una que anunciaba su debut en Caracas, la capital del país más peligroso del mundo al que no vienen bandas desde hace varios años, salvo que el gobierno las traiga con alguno de sus chanchullos propagandísticos.
Esto nos levantó algo de suspicacia. Ya habían anunciado que por esas fechas se celebraría un lamentable evento con dinero oficial que sí podría servir para hacer algún cambio en la situación de mucha gente, y temimos que debíamos escribirle a otra banda advirtiéndoles de que venir bajo esas condiciones era comer con un dinero malversado y que, además, vendría con una tarifa inflada como es la regla en ese tipo de eventos auspiciados por el inexistente músculo cultural del Estado para guisarse una plata, como ya hemos hecho con otros artistas que ni mencionaré. Sin embargo, algo no encajaba: El flyer decía que el show sería en El Hatillo, y bien sabemos que el gobierno no suele celebrar eventos culturales fuera del bastión del Municipio Libertador. De igual forma, publicamos la noticia en este site con algo de escepticismo.
La otra opción es que vinieran al PAIX Festival, otra alternativa musical anunciada justamente para ese fin de semana, pero entendiendo lo difícil que es la adquisición de divisa extranjera en nuestro país, estaba difícil que un evento venezolano que contó con un buen cartel, tuviera los recursos para traerse a alguien de España y, mucho menos, a una banda completa. La bola fue creciendo, y finalmente llegó la confirmación oficial de la surreal visita de Niños Mutantes a Caracas: Vendrían a tocar con entrada libre de la mano de la Embajada Cultural de España y la Alcaldía de El Hatillo, que cedió uno de sus espacios más icónicos, cuyo último concierto internacional fue el lejano concierto de Tricky, por allá en 2011, si no me equivoco: El Anfiteatro El Hatillo.
Flashforward, y estoy llegando, un poco tarde para variar, al Anfiteatro El Hatillo y me encontré con un sitio bastante copado. Diría que un 75 u 80% lleno, algo que, teniendo en cuenta el otro evento importante que había en la ciudad y la poca difusión que ha tenido la banda en nuestro país pese al éxito que tienen en casa (Errante, su canción insignia, tiene más de 5 millones de plays en Spotify, por ejemplo), me sorprendió agradablemente. Consigo mi asiento y, tras varios aplausos que buscaban presionar al grupo para que finalmente salieran, Juan Alberto Martínez (Voz y Guitarra), Andrés López (Guitarra) y Miguel Haro (Bajo y Percusión) salen a tarima a ofrecer un show de más de una hora que buscaba mostrarle lo que es Niños Mutantes a una audiencia que, siendo honestos, poco o nada había escuchado de los oriundos de Granada, la capital musical de España.
La banda arrancó su show lamentando que su baterista, Nani Hernández, no pudo asistir por una terrible tragedia familiar y así, en semiacústico, dieron pie a un set de dieciséis canciones, donde destacaron Náufragos y Todo Va A Cambiar (ambas dedicadas a Venezuela), Errante (su mayor éxito hasta ahora), Pura Vida (inspirada en Costa Rica y cuyos primeros compases fueron interpretados a cappella), Menú del Día, Glaciares, Sin Pensar, Las Noches de Insomnio o N.M., haciendo un recorrido por más de 20 años de historia y 10 discos, para cerrar con dos temas adicionales: FGL, un homenaje a Federico García Lorca, y Como Yo Te Amo, una versión del clásico de Raphael que se ha hecho muy popular entre sus seguidores y que incluyeron en Grandes Éxitos de Otros, su disco de readaptaciones de clásicos de la música, lanzado en 2007.
Con la promesa difícil de cumplir de un regreso a nuestro país, Niños Mutantes emocionó a un público embargado por la felicidad de poder disfrutar de una banda extranjera en nuestro país sin ningún tinte político de por medio. Un público que, dicho sea de paso, les devolvió el favor, emocionándolos hasta las lágrimas y acobijándolos con una marea de aplausos que se hacía sentir entre cada tema.
Acá algunos videos y fotos del show:
https://www.instagram.com/p/BnPuzVIlDPa/?tagged=ni%C3%B1osmutantes
https://www.instagram.com/p/BnOZ-_clSbH/?tagged=ni%C3%B1osmutantes
https://www.instagram.com/p/BnM8gFOiEm0/?tagged=ni%C3%B1osmutantes
Aprovechando su visita, conversamos con ellos sobre sus impresiones sobre Venezuela, el ambiente del show, el estado de las artes en su país y mucho más:
Cochino Pop: Arrancan un recorrido por Latinoamérica con varias ciudades ¿Ya habían venido?
Andrés López: Estuvimos en mayo en México. En Guadalajara. Este es el primer año que venimos a Latinoamérica.
CP: ¿Qué tal la experiencia de tocar allá? ¿Lo vieron de alguna forma parecido al público venezolano?
AL: Para nada.
CP: ¿Por qué?
Juan Alberto Martínez: Fue muy diferente porque en México están muy acostumbrados a que lleguen bandas españolas. De hecho hay una sobreexposición de bandas españolas que ellos mismos lo dicen. Cada semana llegan dos o tres bandas a intentar iniciar allí su recorrido. Es empezar de cero totalmente en un medio con mucha competencia. Es diferente a venir ayer a Caracas en una situación especial donde no tenéis, trágicamente, visitas de grupos de afuera. Hemos recibido muchísimo cariño y todo ha sido super sencillo. En México hay que trabajar duro como cuando empezamos con nuestro primer disco en España.
CP: ¿Cómo se sintieron cuando llegaron a Venezuela y cuál fue su primera impresión y cuál es ahora que ya tienen más de un día entero en el país?
Miguel Haro: Uno viene con cierta precaución por los avisos que vive y lo que ve en las noticias. También recibimos informaciones muy contrastadas. Unas son de una manera y otras son de otra y no sabíamos bien con qué nos íbamos a encontrar. Y la verdad es que queríamos comprobar un poco in situ cuál era la situación que se estaba viviendo acá en Venezuela y lo que podemos decir ahora es que estamos recibiendo muchísimo cariño de parte de la gente que nos ha recibido aquí. El concierto fue una maravilla por la gente. nos llevamos un recuerdo muy grato de nuestra estancia acá en Caracas.
AL: Llegamos con nervios, por lo menos en mi caso. Pero no era un nervio diferente. Fui a Nueva York y me acojonó más el aeropuerto de Nueva York que el de Venezuela. Está el miedo y la excitación a lo desconocido, lo que te dicen, el control de aduanas, hace que todo ese trámite de llegar al aeropuerto a mí de por sí me pone nervioso. Ya cuando salimos de puertas para afuera, lo que recordaré por toda mi vida, es la temperatura criogenizada del avión y salir al nivel de la puerta del avión y recibir un guantazo de calor húmedo. El primer recuerdo que guardaré en mi corazón. Pero después bien. Veníamos como niños pequeños con los ojos como platos. Los caminos de aquí los conocerás tú también, tuvimos que pasar por muchos barrios, están insertados en una selva. Nosotros no estamos acostumbrado a ver eso: Costa, mar, selva, es todo nuevo. En el coche venía literalmente alucinado. Llegamos aquí [al hotel] y el resto ya es historia.
JAM: Es una sensación interesante. Yo, después de la música, lo que más me gusta hacer es viajar. Y creo que nunca había viajado a un país con tantas dudas sobre lo que iba a encontrarme. Más o menos intentas informarte: Días de viaje, libros, novelas, de todo. Pero aquí tenía grandes incógnitas porque además nunca he ido a un sitio que en los meses anteriores, la prensa de nuestro país, contínuamente tenía titulares sobre Venezuela. Eso es una parte de la prensa y por otro lado de la prensa, un silencio total, que no es normal. Porque en los medios de comunicación españoles pasa lo mismo que pasa en el interior de Venezuela, hay dos visiones absolutamente opuestas. Por eso, quería venir y formarme una impresión propia. Es evidente que hay una situación totalmente excepcional que la normalidad es un concepto que ha desaparecido en Venezuela y que lo que más nos llama la atención, porque es lo que nos afecta, a nosotros no nos afectan los problemas de abastecimiento y la vida diaria. Lo que sí nos afecta es los temas de seguridad y la verdad es que es bastante impresionante el nivel de advertencia que recibimos de tener cuidado. Pero, en la otra mano, la gran sorpresa o confirmación ha sido el trato increíble de la gente de este país. La amabilidad, el cariño, la educación, el nivel cultural, todo eso, nos ha sorprendido y compensa los problemas de estar visitando un sitio en una situación extrema.
CP: Evidentemente hay una verdad que llega a través de los medios de España, que muchas veces los han tildado de amarillistas. ¿Qué vieron completamente diferente y que no tienen razón y qué piensan que es peor que como lo pintan? También la realidad de nosotros se presta mucho a perder verosimilitud por lo absurdo…
AL: Justo acabas de empezar diciendo que llega cierta verdad, que creo que es la primera mentira. Yo creo que llegará una verdad escondida, pero estoy con Juan Alberto que es una visión que tienes que ver qué periódico lees. Tienes una visión totalmente distorsionada. Yo no estoy en condiciones de valorar qué es verdad y qué es mentira y tengo la impresión de cómo está la situación. Por más que pregunta la gente, yo hablo por mí personalmente, y me voy igual que vine: Sé que hay una crisis pero no sé ni de dónde viene, sé que hay un nivel de alerta, todo eso es real. Pero no sé qué decirte qué es verdad o mentira, es simplemente verdad que vivís una situación anormal.
JAM: Me ha sorprendido que me he encontrado menos miedo del que pensaba en que cada uno exprese su opinión, porque la gente que está en contra del gobierno nos lo ha expresado con soltura y quien está a favor también lo ha expresado con claridad. Yo pensaba que iba a ver más secretismo y todo el mundo guardando de una forma muy celosa lo que piensa.
CP: También dedicaron un par de temas a Venezuela…
CP: Sí, pero estos dos temas en particular, Náufragos y Todo va estar bien. ¿Por qué eligieron estos temas en específico y por qué eligieron ese setlist para el concierto?
JAM: La elección de temas no estuvo condicionada por estar tocando en Venezuela, en España o en Tailandia. Presentamos lo que nos parece que son las canciones con las que más cómodos nos sentimos y son, ahora mismo, lo mejor de nuestro repertorio. Además, ayer, condicionados por las circunstancias que nos llevaron a hacer un concierto acústico, la verdad es que seleccionamos un repertorio que es el que mejor funciona en acústico. Luego encontramos ciertas conexiones entre las letras con lo que puede estar pasando aquí. Hay mucha parte de nuestro repertorio que hablan de tensiones de relaciones personales o del paso del tiempo, pero hay muchas canciones que hablan de una crítica a un sistema social que es el que nosotros vivimos, y esta temática se agudizó en lo que hemos llamado la crisis en España. La última crisis, porque ha habido más crisis. La que tuvo su cenit en torno a 2011. Nosotros sacamos un disco que se llama Náufrago que era de cabreo y de protesta con lo que nos encontrábamos. Un gobierno de derecha favoreciendo a sus amigos especuladores, corrupción, recorte de derechos. Quizás en un contexto aquí, diferente, pero igualmente de crisis, las canciones que hablan de naufragio y de supervivencia cobran también sentido.
CP: Vienen de una camada de bandas de España que cimentaron las bases de lo que está pasando ahorita a nivel independiente en España. Bandas como ustedes, Los Planetas, Lagartija Nick… Son bandas de Granada como ustedes que me imagino que crecieron juntos. ¿Qué queda de esa escena granadina, más allá de las bandas que siguen? ¿Qué ha cambiado tanto para bien o para mal? España es un país que la escena ha corrido muy similar a la venezolana, porque hay muchos artistas pop exitosos como Raphael o Mecano, y está el under, que después se hizo mainstream. ¿Cómo fue nadar a contracorriente?
JAM: Hemos vivido ya varias etapas con eso. Cuando éramos adolescentes, en España, no existía una escena independiente y lo que existía era un dominio casi total de todo lo que se oía en radio y conciertos de grupos españoles. Hubo un auge total de la música española, en castellano. A principios de los noventas, coincidiendo con que a nivel mundial surge la escena del rock alternativo de Estados Unidos como respuesta a la música anterior, con unos planteamientos más de independencia, más artísticos, eso también ocurrió en España. Y ocurrieron dos cosas: Por una parte que se hundió la música comercial o masiva en castellano y empezaron a entrar otros tipos de subproductos. No eran grupos de verdad que tenían mucho éxito sino productos elaborados por las multinacionales. Solistas que bailaban, y entonces se creó esa escena independiente. Como una cosa muy pequeñita, de iniciados, como una iglesia, como una secta, pero muy intensa y con mucha vida creativa.
Tuvimos la suerte de ver eso en nuestra ciudad, porque ahí estaba Lagartija Nick, y nacieron Los Planetas y nosotros y muchas otras bandas, con un planteamiento muy idealista de la música como arte, al margen de los circuitos comerciales, incluso al margen de planteamientos profesionales. Simplemente se intentaba hacer arte. Pasaron los años y llegó un momento en el que vimos que esa escena independiente empezó a crecer y a crecer y hemos visto una situación parecida a la de los ochenta, que los grupos que supuestamente deberían ser de un sonido independiente, al final no hay independencia y ni hay ese planteamiento idealista arty, sino que se ha copado. En gran parte, la audiencia española está escuchando cosas similares a las que hacíamos nosotros. Estamos aquí desde hace 20 años, pero hay grupos que han aparecido en los últimos 10 años, haciendo pop de raíz de su influencia sonora independiente que están moviendo muchísima gente. Por una parte está Vetusta Morla y por otra parte está IZAL o Viva Suecia ahora mismo, y que están moviendo mucha mucha gente. Tenemos suerte de ver cómo el siglo empezaba aquí, bajó aquí y luego vuelve a subir aquí y probablemente, ya de hecho, se ven las señales de que está eso que dicen de que algo muere de éxito. Creo que estamos en las puertas de que el auge de la escena independiente española está empezando a morir de eso.
CP: ¿Y por qué creen que eso pase? En España está llegando ahora mismo el fenómeno del reggaetón y el trap… Están por lo menos C. Tangana o Rosalía, hay artistas llevándose titulares. ¿Creen que es por esto? Y, además, ¿cómo responden ustedes a eso?
MH: La verdad es que nos preocupa el fenómeno trap y el fenómeno reggaetón. El reggaetón lo vivimos como de espalda e intentamos no entrar ahí, pero sí vemos que el trap está tomando mucha posición. En festivales como el Primavera Sound o el Benicassim programan trap y esto sí nos preocupa realmente. No porque vayan a tomar ellos el sitio que tenemos nosotros ahora, sino porque para nosotros es una especie de involución, no musical, porque la música me resulta atractiva, pero lo que me resulta repugnante es las letras. El tratamiento de la mujer, de presumir del dinero, de chulería, me parece una involución. Si es verdad que este tratamiento es muy nihilista, pero no sé, me da un poco de miedo.
AL: Es digno de estudio. Me dan arcadas. Sería feliz si se extinguieran los traperos. Lo digo abiertamente. Táchenme de lo que sea, pero es mi verdad. Creo que por primera vez desde hace muchísimo tiempo, que los ochenta se rompieron con los noventa porque no nos gustaba la misma música, ahora Santiago Auserón, que era el paradigma de los ochenta, convive con nosotros en festivales y lo respetamos. Esta generación rompe. Empieza de cero y de una generación que empieza desde cero y nos los quieren comparar con el punk. Como espíritu de rebeldía me mola si son rebeldes por una causa, pero es que son rebeldes por nada. Por cosas que nos parecen denigrantes y esos son sus pilares. Presumir de que soy un camello y que tengo mucha pasta y follo con tres tías a la vez. Eso es lo que quieren reflejar, que triunfan en la vida por eso y no hay nada de compromiso ni realidad ni nada. Que les vaya bien.
CP: Existen bandas como Vetusta Morla que están haciendo un buen trabajo, pero ¿qué otras bandas de España les interesan?
JAM: A mí, conectando con lo anterior, lo nuevo que está haciendo Rosalía me parece flipante. Y está teniendo un éxito comercial brutal y me gustá. Y es verdad que comparte conexiones con estos que estamos diciendo. Pero C. Tangana o Yung Beef me parecen dos elementos despreciables por su discurso. Me parece una mierda. Además, me parece falso y artificial aunque vayan de auténticos y no me merecen respeto. Pero, comparto con Migue, hay elementos interesantes. Destaco mucho el trabajo de Rosalía con El Guincho en este último disco. De nuestro circuito, bandas más próximas, creo que El Columpio Asesino están a punto de volver a sacar un disco. Es una banda que siempre nos ha encantado. Con León Benavente tenemos grandes conexiones, trabajaron en la producción de nuestro último disco, pero es una banda en un estado creativo buenísimo y seguro que vuelven a sacar algo con mucha fuerza.
AL: Viva Suecia. Ahora mismo, lo de morir de éxito nos referimos no al éxito de los grupos, sino el tema de los Festivales antes eran 4 o 5 y ahora es imposible de contarlos. En todos hay miles de personas y en todos van muchos grupos. Ahora mismo hay una oferta amplia en número y en espectro. Rock, más indie, más electrónica, pero hay muchas bandas.
MH: Me gustaría añadir que hay una recuperación de la tradición de la música en castellano que se está experimentando con eso. Yo digo María Arnal y Marcel Bagés y El Niño de Elche, me parecen que son unas propuestas arriesgadas, recuperando la tradición y, sobre todo, que me llegan y me emocionan.
CP: De los otros países que van a visitar, ¿han llegado a escuchar algo de allá? ¿Qué les llama la atención?
MH: De Panamá, no tenemos conocimiento de ninguna banda. De Colombia tampoco, más allá de Carlos Vives.
JAM: A Panamá, más allá de que se le hace responsable del nacimiento del reggaetón, eso predispone en contra. Pero bueno, Rubén Blades, he oído, cada vez más cosas suyas y he ido descubierto cosas muy interesantes, sobre todo en sus letras. Pero, debemos reconocer que tenemos deberes. Es una cosa interesante.
CP: La próxima vez que vengan a Venezuela, ¿con quién les gustaría tocar? Entiendo que tienen una amistad con Tomates Fritos, pero cualquier artista que les interese…
AL: Hemos oído que hay una escena entre comillas, bandas que están aquí haciendo cosas interesantes como Tomates Fritos o Limpiacabezales, pero no tenemos mucha más información. Conocí a La Vida Bohème porque tocamos en un festival e íbamos a venir a Venezuela y nos hicimos amigos, pero no conocemos su trayectoria. Más allá de ahí, tenemos muchos deberes qué hacer. Cuando volvamos a casa tenemos que hacer una lista.
CP: A Diez lo describen como el disco más mutante de Niños Mutantes. ¿Por qué creen eso y cuál creen que es la canción más mutante de la banda?
JAM: No sé si hemos dicho eso. Puede que lo hayamos dicho. Se dicen muchas tonterías en la promoción. Lo que es muy mutante es que condensa lo que nos ha pasado a lo largo de muchos años. Tiene ingredientes de la energía más pura que teníamos al principio, de una querencia más por el ruido, una música con intensidad, con electricidad, y por otra parte creo que también el peso del mensaje y de la palabra. Quizás lo que menos tiene es la querencia por melodías más limpias, más amables, más fáciles. Tampoco es que sean melodías complejas y hay canciones con melodías más clásicas. Quizás, el punto de mala leche, la claridad en las letras y la energía, si son puntos que han estado presentes en la mayor parte de nuestra música.
CP: Son más de 20 años tocando con la misma alineación. ¿Cuál ha sido la clave? Han recalado mucho la amistad…
MH: Creo que la constancia y la honestidad ha sido algo que nos ha llevado a donde estamos. También la entrada a mitad de camino de este señor que tengo aquí a la derecha a mitad de camino [Josiño Carballo, su mánager] que nos dio bastante impulso, confió mucho en nosotros y nos hizo recuperar la ilusión cuando estábamos perdidos, creo que ha sido lo que metimos en la coctelera y hemos ido avanzando a pasos firmes aunque pequeños, y nos ha situado en este sitio. No teníamos una expectativa y un ansia de éxito como tienen otras bandas que se frustran muy rápido si no tienen el éxito al poco tiempo. Nuestro éxito era pasárnoslo bien y seguimos siendo exitosos.
CP: Niños Mutantes es una banda que tiene una sensibilidad con otras ramas del arte. Incluyen mucha poesía, como de García Lorca y otros poetas… ¿Cómo ven el resto de las artes en España en este momento? ¿Cómo ven el cine, por ejemplo? ¿Hay algo que les llame la atención? Algún director, algo que puedan recomendar.
MH: El cine español, la verdad, es que hay muchas cosas. Algunas recomendables y otras no tanto. Así, a priori, no sabría yo qué decirte. Podría ser familia, porque tengo una prima política [Celia Rico] que va a entrenar una película pronto. Se llama Viaje al cuarto de una madre.
AL: Desde hace tiempo no voy al cine por motivos familiares. Los niños no dejan ir al cine. Tirando para casa, hay un resurgir del cine hecho de Despeñaperro hacia abajo. Todo está muy centralizado en Madrid y Barcelona con las grandes productoras, como todo en general, aunque Granada sigue llevando el pulso de lo musical. La gente sigue haciendo música desde Granada. Nadie migra a Madrid. Del mismo modo, está pasando en Sevilla. Está Alberto Rodríguez que creo que es, ahora mismo, el director de La Isla Mínima y El Grupo de los 7, que además tiene un equipazo todo andaluz, además trabaja con Julio de la Rosa, que le hace la música de las películas. Nos parece brutal.
JAM: En el cine lo están pasando bastante mal. Hay muchas dificultades para rodar y para conseguir que el público vaya a las salas. Imagino que es un fenómeno a nivel global, que el cine para el que se pone pastas es un cine muy comercial, o radicalmente poco comercial con poco recorrido en las salas, y están muy centrados en las series. Pero, si hay que destacar algo, yo me quedo con el cine de Alberto Rodríguez. La Isla Mínima es un pedazo de peliculón de puta madre. Y en literatura, señalo Intemperie, de Jesús Carrasco, y que precisamente están rodando una película con uno de los mejores actores españoles recientes, que se llama Luis Tosar, que lo rodaron en el pueblo de mi padre, que seguro que va a salir algo super. Estoy anticipando que va a ser un peliculón algo que no existe (risas) También está Benito Zambrano, que es un director andaluz que trabaja con una productora de Sevilla.
AL: Sin meterme en la industria del cine porque no sé mucho, lo que pasa es que a la música ha llegado mucho antes el mundo del streaming que dejaron de vender discos, pero a la vez, se consume más música que nunca en todo el mundo. De igual manera, pero hay estadísticas de que se ve más cine que nunca, solo que ahora es en el móvil o en la tablet. Pero cine sí se ve, solo ha cambiado la manera de consumirlo.
CP: ¿Les gustaría hacer música para una película?
AL: Sí.
CP: ¿Con qué director les gustaría trabajar?
AL: Con Almodóvar (risas)
MH: Es curioso. Nosotros tenemos una canción sobre una película, que se llama La Ardilla Roja, de un director llamado Julio Medem, que nos ponía mucho de adolescente y hemos pasado de ser muy fanáticos de él a nada que ver.
CP: Ya para cerrar… Cinco canciones de Niños Mutantes para alguien que no ha escuchado nunca a la banda
JAM: Errante, Sin Pensar, Oso Polar, Veneno Polen y Bárbara
MH: Errante, Todo Va A Cambiar, No Puedo Más Contigo, Sin Pensar y N.M.
AL: Lo mismo que Migue pero cambio Sin Pensar por Segunda Oración del Desierto.
Acá armamos un playlist con las 18 canciones que tocaron en el show: