Por: José Gregorio Bello // @jotabelloik
Hace 17 años, la escena musical consistía en boybands, chicas Disney hiperdesarrolladas y bandas de rock que veían en las estrofas rapeadas la salvación para sus carreras. Ese el escenario cuando Is This It?, el álbum debut de The Strokes, cinco veinteañeros de la alcurnia neoyorquina, llegó para cambiarlo todo.
Is This It? contaba historia pequeñas pero con las que cualquiera se podía identificar. Las letras de las once canciones del disco tenían un dejo contestatario de “hago lo que me da la gana” que se reflejaba directamente en su sonido. Julian Casablancas, Albert Hammond, Jr., Nikolai Fraiture, Nick Valensi y Fabrizio Moretti señalaron un camino que aún estamos recorriendo.
El Origen: 2001-2009
Los alaridos empaquetados y las guitarras chirriantes de Julian Casablancas y compañía reverberaron a ambos lados del Atlántico y allanaron el camino para que otras bandas como The Killers, Franz Ferdinand y Arctic Monkeys adaptaran el sonido y sus influencias al nuevo ritmo que significaría todo un boom en la forma de hacer música, creando así una escena genuina y auténtica sin necesidad de ser desgarradores como el grunge de principios de la década de los 90. Solo eran unos postadolescentes divirtiéndose a través de la música.
A partir de allí, y de la música de grupos como Television, The Velvet Underground, Talking Heads, entre muchos otros que conforman sus bagajes musicales, salieron discos extraordinarios: Room On Fire (2003) y First Impressions On The Earth (2006) de The Strokes; Hot Fuss (2004) y Sam’s Town (2006) de The Killers; Franz Ferdinand (2004) y You Could Have It So Much Better (2005) de Franz Ferdinand; y Whatever People Say I Am That’s What I’m Not (2005) y Favourite Worst Nightmare (2007) de Arctic Monkeys.
Los Recesos: 2009-2011
Para 2010, teníamos 12 discos que forman parte de lo mejor de la primera década de este milenio. Eso sí, la nueva década llegó con cada banda enfrentando un proceso bastante complicado y muy marcado: todas estaban tratando de asimilar que ya no eran los jóvenes de antes y en plena búsqueda del sonido de su propia madurez. De hecho, tres de ellas, excepto la agrupación más joven, estaban inmersos en sendos hiatos musicales.
Durante este período, Arctic Monkeys, la única banda que se mantuvo activa, lanzó Humbug (2009) y Suck It And See (2011), quizá los álbumes más cuestionados por los fanáticos más fervientes del grupo. Sin embargo, encontraron en la personalidad descollante de Alex Turner un bastión para mantener su popularidad. Turner dejó asentado el hecho que estaba creando cosas que quizá no cuajaban con la banda en 2008 cuando lanzó The Last Shadow Puppets, álbum debut de la banda homónima que formó juntó a Miles Kane, y, sobre todo, en Submarine, su EP solista de seis canciones.
Por su parte, el disco Flamingo de 2010 significó la primera separación de Brandon Flowers de The Killers: once canciones vivaces en las que la voz del cantante se sintió fresca y revitalizada. Una bocanada de aire fresco que todos pensamos que luego añadiría a la banda de Las Vegas.
La resurrección de The Strokes: Angles
En 2011, The Strokes rompió cinco años de silencio con Angles, un álbum que contenía temas como Under Cover of Darkness, Taken For A Fool y Machu Picchu, canciones que ingresaron instantáneamente a la galería de temas emblemáticos del quinteto. Julian, Albert, Nick, Nikolai y Fabrizio lucían más frescos que nunca tras haber incursionado en proyectos individuales.
2013
2013 fue el primer año en que las cuatro bandas lanzaron discos en simultáneo: Comedown Machine, Battle Born, Right Thoughts, Right Words, Right Action y AM.
Comedown Machine significó un gran traspié en la discografía de The Strokes ya que el álbum no solo pasó sin pena ni gloria por las carteleras musicales sino que para los fanáticos es un disco totalmente olvidable, aunque tiene sus fans.
Battle Born marcó el regreso del cuarteto de Las Vegas. Sin embargo, aunque todos nos habíamos acostumbrado a la preponderancia del teclado, el álbum repetía los puntos flacos de Day & Age y las canciones más rockeras carecían del power necesario, como es el caso Runaways.
Right Thoughts, Right Words, Right Action fue el regreso más acertado para la banda escocesa liderada por Alex Kapranos. Lúdico y rockero a partes iguales, las diez canciones que componen el disco, aunque variadas, parecían unidas por un hilo invisible que las cohesionaba. El álbum fue de lo mejor en un año en que Daft Punk, con su sonado Random Access Memories, y Arctic Monkeys, coparon la escena.
AM causó que, cuando se hablara de rock, se hablara de Arctic Monkeys. Con tan solo 25 años, Alex Turner se convirtió en el rostro visible del género a nivel mundial gracias a una intelectualidad devenida en sensualidad. R U Mine?, Do I Wanna Know y Why’d You Only Call Me When You’re High aún resuenan en todos lados. Además, este disco tuvo mucha la influencia en muchas otras bandas, no solo a nivel internacional, sino en Venezuela, con discos como Caiga La Noche de Los Mesoneros, donde buscaron emular la dicotomía de elegancia sonora junto a música para hacer el amor.
(Not So) Wonderful, Wonderful
The Man, un tema que evoca a la época de When You Were Young, era más que suficiente para creer que The Killers volvería a su época dorada. Sin embargo, una sola golondrina no hace verano, ya que el resto del disco no estuvo a la altura de una de las bandas más queridas de los 20 años. No hubo evolución. El álbum descansaba sobre la voz de Brandon Flowers que esta vez no bastó para que un disco decididamente flojo saliera al flote.
Always ¿Ascending?
Entre Right Thoughts, Right Words, Right Actions, la banda y intentó armar un supergrupo con Sparks llamado FFS pero el proyectó no resultó satisfactorio para ninguna de las partes. En Always Ascending, aunque la voz de Alex Kapranos permanecía intacta, la banda no ha podido asimilar la salida de Nick McCarthy, guitarrista y principal artífice del sonido de la banda, y, pese a los tecladistas nuevos, dos buenos sencillos y emanar la misma vibra de su época dorada, el disco no logra resaltar.
La ausencia de The Strokes
En los últimos 11 años, los alguna vez llamados “salvadores del rock” solo han lanzado dos álbumes. Sin embargo, todos los Stroke tienen una vida paralela que funciona muy bien por sí sola: Julian Casablancas empezó su carrera solista en 2009 con Phrazes for the Young y luego se unió a The Voidz para publicar Tyranny y Virtue; Albert Hammond Jr. en 2006 lanzó Your To Keep, al cual le siguieron ¿Cómo te llama? (2013), AHJ (EP, 2015), Momentary Masters (2015) y Francis Trouble, uno de los mejores discos de este año; Nick Valensi publicó New Skin, el primer disco de CRX, una banda que conforma junto a Richie James Follin, Ralph Alexander, Jon Safley y Darian Zahedi; Nikolai Fraiture forma parte de Summer Moon junto a Stephen Perkins, Camila Grey y Noah Harmon, y en 2009 lanzó The Time of the Assassins, el único disco de un proyecto que se hacía llamar Nikel Eye; y Fabrizio Moretti en 2008 presentó Little Joy, el disco homónimo de una banda que integraba junto a Rodrigo Amarante y Binki Shapiro, muy distinto a lo que hace con su banda original.
Así que cada uno parece estar viviendo su proceso natural y hace pensar que volverán a juntarse cuando sea el momento correcto. No antes, no después, sino cuando sea realmente correcto.
Tranquility Base Hotel + Casino
El disco más reciente de Arctic Monkeys no es ni la sombra de su antecesor. Para bien o para mal. TBHC no solo es el disco más pulido de la banda, sino también el más maduro y el más pensado… y, sin embargo, no anima. Es frío y muchas veces llega a hacerse muy largo y pesado.
Actualidad: ¿Genialidad, evolución o desastre?
Nos aventuramos a dar un veredicto sobre la actualidad de nuestras bandas favoritas y las conclusiones a la que hemos llegado han sido las siguientes:
The Killers: En su afán por emular a sus ídolos de la década de los 80 se han perdido en el camino.
Franz Ferdinand: Están en proceso de reacomodo. Aunque siempre han estado a la sombra de las otras bandas, nunca lucieron tan grises como en la actualidad. ¿Esperanzas de salir a flote? Sí, las hay, pero ¿quieren hacerlo o quieren seguir haciendo música para ellos y para divertirse?
The Strokes: Hasta ahora, la ausencia les sienta bien. Parecen estar recargando las pilas para sorprendernos con algo tan bueno como en 2011.
Arctic Monkeys: Aunque Tranquility Base Hotel + Casino no enganche, cuando se analiza todo el concepto no queda duda que esta es su evolución natural, aunque no nos guste.