Por Manuel Lebón
Warp es un término del inglés que significa retorcido y es acrónimo de “We Are Reasonable People” (somos gente razonable), el nombre de uno de los sellos más importantes de la escena electrónica mundial, un referente para todo amante del género y la casa de muchos de los grupos y artistas imprescindibles.
Warp Records nace hace ya un poco más de dos décadas para darle una cara y una imagen a la electrónica más subterránea y traer al mundo lo que se ha denominado comúnmente “electrónica inteligente”. Esta disquera surge con la idea de situarse desde el principio como punta de lanza de la mejor electrónica, pero además apostando fuertemente por todo aquello que rodea a la música: el diseño, los videos, y una filosofía de sello disquero independiente.
Fundada en 1989 en Sheffield, ciudad al norte de Inglaterra con una historia muy ligada a la industria del acero, por el trío conformado por Steve Beckett, Rob Mitchell y el productor Robert Gordon (que lo dejaría apenas en 1991), Warp tiene orígenes muy humildes que contrastan con la relevancia futura de artistas y proyectos musicales tan destacados como Aphex Twin, LFO, Boards of Canada, Squarepusher, Laurent Garnier, David Holmes, The Sabres Of Paradise, Autechre, Red Snapper, Plaid, Jimi Tenor, Prefuse 73 y Jamie Lidell entre otros.
“Empezamos con una pequeña tienda en Sheffield, Fon, especializada en rock independiente y dance. Nos dimos cuenta de que estábamos en el medio de un movimiento de música electrónica y quisimos meternos en ello. De nuestro primer disco hicimos 500 copias”, señaló Becket en una entrevista de agosto de 1989 y añade, “Yo solo descubrí la música electrónica cuando abrimos una sección dance en la tienda”. El pasado de rockero indie de este empresario fue crucial para el meteórico desarrollo de Warp. Llegó superar a disqueras rivales usando técnicas del rock para vender música electrónica, animando a los grupos a realizar giras de conciertos y realizar múltiples esfuerzos para que sus bandas fueran mencionadas por semanarios como NME o Melody Maker, no siempre con éxito.
De los más de 100 álbumes editados en estos veinte años, Beckett cita a algunos que han sido clave en su devenir. “la banda LFO y un álbum compilatorio que se llama Artificial Intelligence, a través del cual nos pusimos en contacto con gente que estaba haciendo música electrónica abstracta como Aphex Twin y se establecieron las bases para lo que sería Warp en los años venideros.” Músicos como Boards of Canada y Broadcast han sabido abrir sus propios caminos, de una manera diferenciadora, ya que es difícil predecir cómo sonará un artista de Warp. Parte de la avanzada norteamericana tuvo gran influencia de Warp. Grupos como Tortoise o Trans Am se dedicaron a ser permeados por estos nuevos conceptos, y mezclarlos con el rock, generando propuestas ambiciosas. La electrónica indie, o indietronica, nace del cruce de una generación de músicos que disfrutaban tanto del lo-fi de Sebadoh como de los discos de Warp. He ahí Mörr Music y su exquisita paleta de sonidos.
La segunda y fundamental referencia de Warp fue “Dextrous” en diciembre 1989, del grupo Nightmares On Wax, proyecto de George Evelyn, quien ya para entonces era un veterano de la música por haber editado su primer sencillo a los 14 años. Junto a su amigo Kevin Harper, Evelyn manejaba una fiesta en un club de Leeds llamado Downbeat, donde mezclaban una combinación de rare groove, hip-hop y dance pero cuando ellos escucharon temas de primitivo electro británico como “Voodoo Ray” de A Guy Called Gerald, decidieron crear un pulsante corte, usando samples registrados en la habitación de Evelyn. Sin disquera de importancia que se interesase en su creación, solo los chicos de la tienda Fon les ayudaron y dos décadas después, este corte es considerado seminal en la historia del dance británico; del mismo modo que Warp es ahora celebrado como pionero y sinónimo de todo lo electrónico con eventos en todo el mundo y la edición de un compilatorio de veinte temas donde incluso los fanáticos han ayudado a escoger los temas.
A pesar de que el sencillo “Track With No Name” tuvo que ser repartido trabajosamente en un carro prestado, la pieza de Nightmares On Wax fue una verdadera explosión: Dextrous vendió 30 mil copias, llegando al top 75 del Reino Unido y no ascendió más porqué “no nos dimos cuenta que para que un sencillo califique para una posición de cartelera disquera debe tener un código de barras impreso en el disco” comentó Beckett entre risas.
Basándose en los lineamientos de la mítica Factory Records de Manchester como disquera independiente que comparte sus ingresos 50/50 entre el artista, y el sello y contando con la distintiva impronta gráfica de la firma Designers Republic, se creó un sobre purpura que se haría sinónimo del sonido conocido como “bleep”; un techno minimal y funky que pusó a Sheffield en el panorama de la música electrónica, algo muy loable para una urbe que solo conoció la gloria por el glam metal de Def Leppard en los ochenta. “Yo había dejado de salir a los clubes” recuerda Richard H Kirk, quien fue parte del afamado proyecto Cabaret Voltaire antes de crear exitos bleep parar Warp bajo el nombre de Sweet Exorcist. “Pero de repente, se empezaron a ver chicos blancos, negros y asíaticos bailando en los mismos clubes, esto a causa del elemento dub de las música. Warp rejuveneció a Sheffield.”
Sin embargo, con la quinta edición de Warp, Beckett se dió cuenta que su proyecto podía tener un efecto aún mayor en la industria musical: LFO (“low frequency oscillator”) y su tema homónimo sonaba como una colision avant-garde entre Kraftwerk y el techno de Detroit, pero ideado por dos adolescentes que justo habían inventado en una casa de Leeds una forma inmensamente popular techno de bajos profundos, con “voces” de un juguete Speak & Spell. El tema era imposible de radiar, admite Beckett, pero igual se vendieron 130 mil copias a hipnotizados clubbers sometidos por la nueva revolución música y ascendió al puesto 12 en la cartelera británica.
Numerosos actos de subversión musical han sido protagonizados por Beckett y Mitchell en estas dos largas décadas, aunque este último murió en 2001 a la temprana edad de 38 años debido a un cáncer. Warp tuvo la suerte de estar en el sitio correcto a medida que mutaba la música electrónica y cuando esta se ralentizó durante los años noventa tras el inusitado éxito de The Orb y el movimiento de la Ambient Music, Beckett editó trabajos de grupos como B12 y Plaid, además de compilar un disco fundamental llamado “Artificial Intelligence” (Inteligencia artificial), patentando la IDM o electrónica inteligente que prontamente tomaría por asalto a los EEUU y otras regiones fuera de Europa, cuando una generación de jóvenes rockeros se volvieron a la electrónica y artistas como Aphex Twin hicieron giras con Orbital y Moby.
“Fueron tiempos de completa locura,” rememora Beckett. “En aquella época, pensaba que no había límites y no me daba cuenta de que el límite para los nuevos sonidos es la misma tecnología. Llegó un punto en que la gente se repetía. Se había cubierto todo el espectro. Aphex Twin o Squarepusher exploraron todo el territorio. Había que ir hacia direcciones diferentes. Es por eso que no quería seguir firmando con artistas electrónicos, sino trabajar con quienes utilizaran instrumentos. Como el grupo Battles, que tiene una raíz en la música electrónica y utiliza instrumentos de forma nueva”.
Aphex Twin (nombre real Richard James) es uno de los padrinos del Ambient techno y él solo vendió un millón de discos para Warp, incluyendo el legendario Windowlicker (1999), cuya caratula mostraba el sonriente rostro de James en un cuerpo de voluptuosa fémina. Sin embargo, esta gran estrella ha desaparecido casi por completo de escena y Warp anhela que vuelva a producir algún disco en el futuro cercano. “Richard es la persona menos interesada en el negocio de la música que jamás me haya tropezado”, dice Beckett. Este es solo uno de los problemas que ha enfrentado la disquera en años más recientes debido a la resurgencia de las bandas rock y el nuevo pop sintetizado, que ha implicado una baja en el interés por la electrónica pero a medida que el sello fue creciendo, Beckett y Rob Mitchell encontraron tiempo para fundar compañías paralelas como Warp Films, empresa que reunió a video-artistas como Chris Cunningham en torno a un concepto de ruptura y vanguardia que unía música con imágenes de una forma totalmente novedosa. También se halla Bleep.com, que nació en enero de 2004 como tienda online del sello, y es de los pocos sitios webs que desde sus comienzos no incluyó DRM (Digital Rights Management) en sus archivos, superando en 2006 el millón de descargas (ese mismo año obtuvo el premio a la mejor tienda musical digital en Gran Bretaña).
“Siempre es una buena época para todo tipo de música y no diría que la actual sea una mala época para la música electrónica. Todavía disfrutamos de gente asombrosa como Flying Lotus, Hudson Mohawke, Chris Clark, Bibio o Rustin. En cuanto a su evolución, pensaba que tendríamos música electrónica por todos lados y estaba convencido de que no habría música con guitarras ni con instrumentos. Lo que prueba que puedes estar equivocado cuando imaginas sonidos del futuro. Por eso no podemos decir lo que va a pasar”, concluye Beckett.
Compartimos el disco Artificial Intelligence por aquí: