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10 películas que tienes que ver para entender ‘Mad Men’ según Matthew Weiner, su creador

‘Mad Men’ está por llegar a su fin con el venidero estreno de la segunda mitad de su última temporada.

Matthew Weiner, creador de la serie, le dio a Vulture una lista de 10 películas que hay que ver para entender la serie y que lo inspiraron para crear a Don Draper y al resto de creativos y empleados de Sterling & Cooper.

Aquí pueden verla:

Vértigo (Alfred Hitchcock, 1958)

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Tras las críticas negativas de su época, ahora es considerada por muchos como la mejor película jamás rodada. No la había visto antes de comenzar la serie, pero encontré tiempo en un descanso tras el final de la primera temporada. Quedé impresionado por su belleza, su misterio y sus obsesivos detalles. Recuerdo haber visto la cámara Dolly-in en el pelo de Kim Novak y pensar: “esto es exactamente lo que estamos tratando de hacer.” Vértigo es como estar viendo el sueño de otra persona.

El Apartamento (Billy Wilder, 1960)

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La ví por primera vez en la escuela de cine y me impactó su escritura dinámica y el carácter pasivo de su héroe, el C.C. Baxter interpretado por Jack Lemmon. En definitiva, estamos ante una historia de su tiempo, firmemente enraizada en una Manhattan donde los hombres aparentemente normales se comportan sin escrúpulos, algo que dejó volar mi imaginación como una representación de la política sexual de oficina del momento. En El Apartamento se mezclan humor y patetismo sin esfuerzo.

Con la muerte en los talones (Alfred Hitchcock, 1959)

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Esta película se convirtió en una influencia importante para el piloto, ya que fue rodada en la ciudad de Nueva York, justo en el momento en el que tiene lugar el primer capítulo. Los ángulos bajos y contemporáneos fueron una reflexión útil en nuestra mentalidad artística. Yo había estudiado la película en profundidad a la escuela de cine de la USC y absorbí gran parte del lema narrativo “hombre ordinario en circunstancias extraordinarias”. Vale la pena señalar que Cary Grant interpreta a un publicitario llamado Roger, que se ve obligado a asumir la identidad de otro hombre.

Les Bonnes Femmes (Claude Chabrol, 1960)

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La primera vez que la vi fue en la escuela de cine y cuando empezamos Mad Men la compartí con el equipo para ayudar al diseño de producción en el episodio piloto, ya que fue rodada en las calles de París, con poco adorno, y eso era exactamente lo que estábamos intentando hacer. La temática era valiosa: la película cuenta la historia cotidiana de cuatro mujeres aburridas que se dejan llevar por fantasías románticas mientras trabajan. Mi secuencia favorita, una especie de epílogo de toda la película, es particularmente relevante para la serie, ya que cuenta con una mujer desconocida que mira directamente a los espectadores.

Blue Velvet (David Lynch, 1986)

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Notablemente original para su época, esta película tuvo un impacto en mi generación que no puede ser subestimado. La vi cuando estaba terminando la universidad y me matriculé en la escuela de cine poco después. Indefinible en su género, Blue Velvet se mueve del misterio de un asesinato al cine negro y la comedia casi de escena a escena. Con la riqueza estilística y la complejidad psicológica, celebra el horror de lo mundano y está llena de referencias al estilo medio cursi e irónico de los 50. Esta increíble observación se convirtió en una inspiración para Mad Men.

La americanización de Emily (Arthur Hiller, 1964)

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Vi esta película por primera vez en la escuela de cine y de inmediato me dejé llevar por el diálogo irónico y rítmico de Paddy Chayefsky y por su profundo sentimiento anti-guerra, que fue impactante porque rara vez se discutía en el contexto de los aliados en la Segunda Guerra Mundial. El retrato de James Garner de Charlie, un inexperto y locuaz mujeriego que ha renunciado a la humanidad y se ve obligado al heroísmo, influenció nuestro intento de recrear la mentalidad masculina de mediados de siglo y su relación con el absurdo existencial.

Querido Corazón (Delbert Mann, 1964)

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Esta película me impulsó a escribir el piloto. Me dejé llevar por esa corriente mainstream de película de Hollywood que refleja una actitud muy casual hacia el sexo, algo inusual a mis prejuicios de la época. Con su labia de héroe soltero y sin gracia, ingenuo y conservador, cuenta una historia de corrupción moral y duplicidad desgarradora en forma de comedia ligera. Encontré un punto de partida para la serie en cómo Glenn Ford trata de cambiar y asumir la responsabilidad de sus romances sin sentido en una glamorosa Manhattan.

Patterns (Fielder Cook, 1956)

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Vi esta película de niño, un día que estaba enfermo. Fue escrita y producida originalmente para televisión en directo en 1955. Rod Serling recrea ingeniosamente una sala de juntas con un clímax escalofriante en primera persona que nunca olvidé. Lo usamos a menudo durante la serie para tener una idea de las oficinas reales y ver cómo la virtud y la ambición pueden chocar cuando la generación de más edad se hace a un lado y los despiadados negocios acaban enfrentándose a la humanidad.

Mujeres frente al amor (Jean Negulesco, 1959)

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Una adaptación muy estilizada y llena de estrellas de 1958 del best-seller de Rona Jaffe, esta película estuvo muy presente para el piloto. Aunque me pareció una visión muy glamourosa y melodramática, pude ver que su historia era una representación bien fundamentada de las mujeres que trabajaban en el Nueva York de la época. El funcionamiento de la oficina, las complicaciones románticas, y las situaciones diarias estaban llenas de veracidad. Al igual que muchas películas populares de la época, ayudó a moldear a nuestros personajes.

Despedida de soltero (Delbert Mann, 1957)

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Originalmente escrita y producida para televisión en directo en 1953, esta película vuelve a reunir al equipo formado por el Paddy Chayefsky y el director Delbert Mann, y refleja el realismo doloroso de su anterior colaboración, la película ganadora del Oscar Marty. El “soltero swinging” era un tropo de la ficción en ese momento, pero esta película deshace poéticamente los clichés de camaradería y los regalos masculinos tanto como las cuestiones de fidelidad y soledad desde un punto de vista inquebrantable.

Fuente: El condensador de Fluzo