‘Es evidente que la edad y el estado de la casa hace prohibitivo que alguien la use en su actual emplazamiento.’
En el año 2006, Edith Macefield atrajo la atención de los medios al rechazar una oferta de 1 millón de dólares por vender su casa de 92 metros cuadrados, en Seattle. Dos años después falleció, pero dejó la propiedad a un superintendente de la construcción con el que había entablado amistad. La casa fue vendida al año siguiente y, de acuerdo al periódico Seattlepi, su actual propietario podría demolerla.
Paul Thomas, el corredor de la casa, dijo que adecuar la propiedad a la normativa actual sería demasiado caro, y añadió que sería donada a una organización sin fines de lucro, o destruida para vender el terreno.
Te dejamos algunas fotografías: