Venezuela sigue sumergida en una situación complicada: no cesan las protestas en las calles ni la represión de los organismos de seguridad para dispersarlas. Este panorama ha tenido prácticamente detenido el país desde hace ya semanas.
Entre las muchas industrias afectadas por esto se encuentra la cinematográfica. Es por esto que en la página web del diario El Nacional ha publicado un artículo que aborda el tema, escrito por María Angelina Castillo Borgo.
Acá lo compartimos:
La taquilla sufre la crisis del país
Días de suspensiones, incertidumbre y pérdidas son los que ha vivido el teatro. Desde mediados de febrero, cuando comenzaron las protestas en el país, varios son los artistas que han reafirmado a la cultura como su trinchera y han decidido mantener arriba el telón. Pero es –y será siempre– el público quien tome la decisión final. Y lo hizo: fueron pocos los que ocuparon las butacas. Una cifra roja que escasamente logró levantar el Carnaval. Incluso hay salas, como Teatrex de El Hatillo, que permanecieron cerradas hasta hoy.
“El teatro ha estado como el país –dice José Manuel Ascensao, director del Teatro Escena 8 de Las Mercedes–. Las primeras semanas después del 12 de febrero bajó muy rápido el público”. El también actor señala que ha sido mayor la asistencia a las obras infantiles que a las de adultos, excepto para los Orgasmos de Norkys Batista. “Ese es un punto y aparte. Las funciones siempre están agotadas”, asegura. Ello afecta radicalmente el funcionamiento del teatro: “Uno tiene que pagar luz, teléfono, agua, sueldos, alquileres. Este mes ha sido de pérdida absoluta. Pero vamos a seguir abiertos. Como vaya viniendo vamos viendo”.
En una situación similar se encuentran el Trasnocho Cultural y el BOD Centro Cultural. En el primero, fue poca la audiencia tanto en teatro (Frida Kahlo ¡Vida la vida! y Los navegaos son las obras más demandadas) como en cine (atraen más los títulos nominados al Oscar). “El número de espectadores era tan bajo que resultaba desmoralizante. A partir del martes de la semana pasada comenzó a mejorar. Nos preguntamos si debíamos cerrar, pero no. Nosotros ofrecemos un servicio, es muy importante alimentar el espíritu cuando hay una situación de crisis. Es nuestra filosofía”, afirma Solveig Hoogesteijn, coordinadora general del Trasnocho Cultural. Puntualiza que la asistencia en Carnaval fue de 30% con respecto a años anteriores.
En el caso de la institución que está ubicada en La Castellana, Carolina Rincón —su gerente de programación— indica que la disminución fue tal que llegaron a tener solo 10 espectadores en una función: “A la gente le da miedo llegar. Las productoras han suspendido, pero el personal ha estado aquí. La obra Fíjate tú de Henrique Lazo se canceló; entiendo que su productora tiene una posición de no contar chistes en el escenario en estos momentos”.
Otro de los afectados ha sido el Celarg, en Altamira. “Somos un punto rojo en un mar azul”, expresa César Rojas, coordinador de gestión operativa. “Ha influido el cierre del Metro, el miedo de la gente a ser agredida por los mismos manifestantes. Eso nos ha generado cierto malestar”.
En las salas de cine ha sucedido algo similar. Un ejemplo es el dato publicado por el portal Box Office Mojo para Venezuela, que señala que la taquilla de Papita, maní, tostón –que se convirtió en la tercera cinta nacional que supera el millón de espectadores– bajó en 61,3% entre el 14 y el 21 de febrero.
Fuente: El Nacional