Se trata de una revisión del reglamento por el cual se rige el sector cinematográfico en Venezuela desde el 2005.
Ayer inició en la sala Francisco de Miranda de la Asamblea Nacional una discusión que pretende concebir, a través del debate, una segunda reforma de la Ley de la Cinematografía.
La mesa técnica está integrada por diversos representantes de la industria, como Juan Carlos Lossada, presidente del Centro Nacional Autónomo de Cinematografía, Mario Seijas, representante de la Cámara Venezolana de TV por Suscripción, o Abdel Güerere, presidente de la Asociación Venezolana de Exhibidores de Películas, por nombrar solo algunos.
‘Queremos que el cine nacional llegue cada vez más lejos. Que haya mayores mecanismos de protección para todos, que se diferencie de la mercadería, que se territorialice a los 24 estados del país, que haya una diversidad cultural, una oferta plural, películas de cualquier parte del planeta y no un dominio de 80% de cintas provenientes de un solo lugar’, dijo Lossada, que de acuerdo a la reseña de Daniel Fermín en El Universal.
“Estos diez años se han multiplicado las producciones venezolanas, por lo tanto tienen que aumentar los espacios para ver ese cine. Es insuficiente la cuota de pantalla que tiene en este momento”, prosiguió.
Destacó además la poca diversidad de contenidos en las salas de cine del país y, entre los 20 y 25 artículos de la normativa que serán objeto de revisión, según la reseña de Sergio Moreno González en El Nacional, se encuentran las normativas necesarias para cambiarlo.
“En promedio, 90% del parque exhibidor es asumido monopólicamente por un solo tipo de cine. Estamos proponiendo que crezcan los espacios que permitan la posible pluralización de la oferta fílmica. Es decir, que no exista posición de dominio de ninguna cinematografía.”
El tema ha sido ampliamente debatido por los cineastas contemporáneos que buscan una opción alternativa en los complejos de exhibición cinematográfica, y nace como una necesidad para ampliar los conocimientos y referencias artísticas de las nuevas generaciones, obligadas a recurrir a la piratería para conocer las propuestas audiovisuales de otros mercados.
Sin embargo, Cristóbal Jiménez, de la Comisión de Cultura y Recreación del Parlamento, aclaró que los esfuerzos de la mesa deben apuntar a la protección de la cinematografía nacional. “Sé muy poco de cine, pero aquí debemos hacer películas importantes, como el Ciudadano Kane. Hagamos el Ciudadano Kane de Catia, o de Santa María de Ipire.”
El Nacional informó que en representación de los distribuidores privados asistieron Bernardo Rotundo, del circuito Gran Cine; José Pisano, de Blancica; y Marianela Saleta, de Cines Unidos. Pisano agregó:
“La distribución es un eslabón fundamental en la cadena de exhibición. Lo asumimos con gran responsabilidad. Estaremos atentos a las propuestas que se planteen. Habrá que buscar un equilibrio por el bien de todos. La cinematografía nacional reconoce en la industria de Hollywood un ente fundamental en la recaudación de Fonprocine. Hasta las posiciones más radicales celebran el éxito de cintas como Rápido y furioso 7 o Los vengadores , que llenan las salas. Aplaudimos que se abra la oferta al cine diverso, que el público vaya familiarizándose con propuestas de todas partes del mundo. Nuestra apuesta es que la gente vaya al cine.”
Los debates proseguirán hasta que se alcance un acuerdo productivo entre todas las partes y que beneficie a la industria cinematográfica; después de todo, si bien es cierto que el mercado Hollywoodense está prácticamente adueñado de los espacios de exhibición, también hay que tomar en cuenta los beneficios que estas grandes producciones aportan a Fonprocine, a través de los impuestos por boleto.
Sin embargo, se apreciaría la inclusión de más cine latinoamericano en las salas. Habrá que esperar para conocer cuales serán las reformas.