Por Alejandro Fernandes Riera // @fernandesriera
Una nueva semana comienza, y no es cualquier semana. Es una semana que empezó con el trasnocho de la ceremonia de los Oscars -con los que quedé moderadamente satisfecho- les traigo tres películas que ni cerca estuvieron de la Academia, aunque una sola de ellas, me parece, tenía material para estarlo.
Primero está They Came Together, una gran comedia que parodia a las comedias románticas de una forma muy interesante. Luego, está Only The Brave, una película que, a primera vista, pareciera ser un cliché de típica película nacionalista de Hollywood. Y, por último, tenemos Upstream Color, un filme pesado, diferente y difícil de entender, pero con una historia más profunda de la aparente.
La música nos trae el esperadísimo debut de Superorganism, el nuevo trabajo de los marabinos Menoles, y un discazo del señor Michael Kiwanuka, uno de los artistas más increíbles de la actualidad.
Pasen a disfrutar.
PELÍCULAS:
1. They Came Together (2014, dir. David Wain, Estados Unidos)
Mucho se ha dicho que la comedia romántica, al menos como la solíamos conocer, era un género que rumiaba lo mismo en cada película, y lo repetía una y otra y otra y otra vez. Por suerte, el cine independiente llegó para salvarlo, con cintas com The Big Sick. Del director de esta, junto a David Wain, ambos responsables de clásicos como Wet Hot American Summer, llegó esta cinta que toma todos estos clichés que señalaban los críticos de las películas de este estilo, y lo condensan en 83 minutos de sátira inteligente. Una desternillante comedia donde Paul Rudd y Amy Poehler dan un recuento de cómo sus personajes se conocieron, algo que comparan con la historia de cualquier comedia romántica que se te ocurra.
El guion hila una serie de gags de una forma magistral, sin miedo a llegar a niveles de absurdo insospechados. Lo importante es que They Came Together se toma muy en serio, para llegarle a un público con algo de conocimiento en el humor meta, y que entienda que este tipo de películas te recompensa si te la tomas en serio y no te la tomas en serio al mismo tiempo.
2. Only The Brave (2017, dir. Joseph Kosinski, Estados Unidos)
De buenas a primeras, uno ve el nombre de la película y la sinopsis y entiende que se va a enfrentar a una película cargada de heroicidad y patriotismo yankee. Sin embargo, al verla, se demuestra que las apariencias engañan y que esta es, en realidad, una gran película sobre redención y trabajo en equipo con una dirección espléndida. Only The Brave es más un retrato de las cosas técnicas que tiene que hacer un bombero para luchar contra un incendio forestal, que una película dramática sobre su heroicidad y su capacidad de salvarlos a todos. El filme antepone la humanidad y las emociones de cada uno a cualquier otra cosa, y la cosa rinde resultados, pues sus perfiles psicológicos son lo que determinan el devenir de la película.
La cinta trata respetuosamente el tema, abordando la historia desde dos puntos de vista: El de Eric Marsh (Josh Brolin), superintendente del escuadrón Granite Mountain Hotshots, luchando contra la jerarquía de la estructura bomberil, el ego y las actitudes de su tropa y su relación con su mujer, y el de Brendan “Donut” McDonough, un miembro del equipo con un pasado turbio lleno de drogas y malos comportamientos, que busca enderezar su vida y luchar contra sus adicciones e impulsos, para poder responder por su hija. No diré nada sobre el final por respeto para los que no conocen la historia, pero se las recomiendo ciegamente, en especial para los que disfrutan la emotividad y el estrés del cine de Peter Berg (Deepwater Horizon, Friday Night Lights, Lone Survivor).
3. Upstream Color (2013, dir. Shane Carruth, Estados Unidos)
A Shane Carruth, responsable de Primer, le gusta retar al espectador con películas que lo hagan pensar y lleven los límites un poco más allá. Por eso, en principio, Upstream Color puede ser de esas películas donde no vayas a entender un carajo, incluso después de buscar el significado. Es ese tipo de cine que te deja todo tipo de incógnitas que no necesariamente va a resolver, porque no necesariamente tiene que hacerlo. Es una historia de amor abstracta, donde la pérdida está presente.
Upstream Color es la historia de una pareja que se une gracias al ciclo de un organismo que se transmite entre humanos, cerdos y orquídeas. Dada esta descripción, vayan a verla, pues lo que el director claramente quiere es que cada quien tenga su hipótesis sobre la película. La cinematografía te hace conectarte con la historia de una forma muy interesante, y la forma en que está editada -muy elegante, lenta y cálida- es la misma de la gran A Ghost Story, pues su director, David Lowery, se encargó de ello, y porque logra hacerte conectar espiritual y sentimentalmente con la historia.
DISCOS:
1. Menoles – El Gran Solar (2018, Venezuela)
Maracaibo se está convirtiendo en el territorio venezolano con más actividad discográfica en lo que va de 2018. Uno de los artistas trabajando en la actualidad es Menoles, proyecto de integrantes de otras agrupaciones del Zulia, como Hombrefante o Desinformados, y que quiere estrenar un par de álbumes este año. Valiéndose del lo-fi, este es un disco que bebe del indie rock moderno, el post punk y el new wave para tratar a sus canciones. 8 temas donde la batería guía, con desenfreno, un viaje cantado con letras llenas de poesía sobre vivencias personales, y el importante acompañamiento de los teclados, donde se evidencia que se concibieron algunas de estas canciones. Música sin preceptos y ninguna intención más que divertirse, que te suena a muchas cosas, pero, al mismo tiempo, no puedes identificar cuáles son estas cosas.
2. Superorganism – Superorganism (2018, Inglaterra)
Pocas veces un disco suena tan cautivante como este. Pop psicodélico de gran factura, donde la deconstrucción de sonidos y el collage musical es clave para la creación de sus canciones. Un debut hiper esperado que, valió la pena cada uno de los días que pasaron desde que escuchamos Everybody Wants To Be Famous o Something For Your M.I.N.D. Los basados en Londres crearon un disco fresco y muy diferente al de cualquier otra banda trabajando en la actualidad, con una voz muy peculiar que suena como una Björk menos intensa (me gusta Björk, tranquilos). Les pintará una sonrisa en la cara y los hará bailar, en especial, si les gusta The Flaming Lips.
3. Michael Kiwanuka – Love & Hate (2016, Inglaterra)
Porque la música es perfecta para curar cualquier corazón roto, o hacerlo aún más miserable. Michael Kiwanuka presentó hace par de años este álbum que lo posicionó, justamente, como una de las nuevas caras del soul, conjurando a las versiones psicodélicas de Otis Redding, Bill Withers e Isaac Hayes para cantar sobre sus dudas personales, su melancolía y su tristeza, con la ayuda de Danger Mouse como productor. De estos discos que, quizás no sea el mejor de la historia, pero te acompaña en cada paso, cada viaje y cada momento importante.