Cuando una “moda” llega a las revistas y los medios de comunicación en general, lo más probables que es dicha tendencia tenga ya un buen rato existiendo, ya haya creado una gran camada tanto de seguidores como de haters y ya haya evolucionado a otra cosa. Porque así son las modas y la vida en general. Todos somos víctimas de la corriente, vayamos a favor o en contra.
Vivimos en un extraño mundo donde no sólo es necesario clasificar cualquier tipo de actitud y formar parte de la tendencia de moda, sino también estar en su contra. Quizás de allí nace el término “Normcore”, un concepto que se adapta a aquellas personas que no visten de una manera determinada. Una suerte de antimoda donde lo importante es estar cómodos consigo mismos, sin seguir ninguna tendencia cultural. La antítesis del hipster.
El término es acreditado a K-Hole, un colectivo de Nueva York que analiza y predice tendencias de moda para elaborar estrategias de marketing y teorías que amalgaman arte y el consumo masivo. Aquellos que pueden ser incluidos como parte de esta “no-moda” son los que desde su imagen no buscan expresar absolutamente nada o más bien, buscan pasar desapercibidos, ser normales. Sin embargo, para los miembros de K-Hole sí existe un esfuerzo estético en esta práctica: “Evitar lo cool es una manera de diferenciarse hacia a una post autenticidad”.
Emily Segal, co fundadora de K-Hole, declaró a la importante revista de moda Vogue sobre el normcore: “Hay una búsqueda exhaustiva en diferenciarse. La gente se cansa del hecho de tener que llegar a cierto status para tener algo que no tiene el otro”. Es fácil: según el mundo, así no busques decir nada con su estética, quieras o no, estarás formando parte de una moda, la no-moda.
De esta manera, según Vice, podemos entender el Normcore como una respuesta a la sobrepoblación de individualismo. En vez de tratar de ser diferente a los demás, tratas de ser parte de los demás. Como íconos del Normcore aparecen nombres como Jerry Seinfeld (y todo el cast del mítico sitcom), Steve Jobs y Devonte Hynes de Blood Orange, personas que visten franelas y jeans Levi’s clásicos, ropa normal sin muchos aditivos.
Paradójicamente, esta anti moda ya pasó a ser algo completamente viral: Elle, GQ, Vogue y hasta el New York Times han escrito al respecto, sin contar los millones de posts sobre el Normcore que puedes encontrar en Google.
“Estás clasificado por lo que compras. Las decisiones de compra son irrelevantes porque son temporales, cambian constantemente. Con ‘normcore’ no existe ‘normal’ y no existe el comprar la cosa equivocada”, dice Emily Segal.
Entendemos entonces que la normalidad no existe. El ser empaquetado y sellado como parte de un movimiento parece ser más importante en el mundo que cualquier otra cosa. Se acabó, ya no existe la gente común.