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Unos Infames: El Eterno Retorno del Rock (ENTREVISTA)

En un país donde la diáspora se está tragando tanto talento o al menos lo está reubicando geográficamente, es más que plausible el acto de lanzar un álbum.

Por Alejandro Fernandes Riera // @fernandesriera

La agrupación portocruzana Unos Infames, está de estreno con ‘El Eterno Retorno’, su segundo material discográfico con el que buscan influenciar a nuevas generaciones con la música de los sesenta y setenta.

El disco ya está disponible para ser escuchado en Soundcloud y a la venta en Cusica.

Como parte de su campaña promocional, conversamos con los chicos de Unos Infames sobre la situación de la música en Venezuela (y por ende, del país), sus influencias y su postura en contra de las afirmaciones de que el rock está muerto.

Aquí pueden leer la entrevista:

AF: Leo en el comunicado de prensa, que dicen que Nietzsche tuvo influencia en la elección del nombre del disco. En cuanto a las letras, ¿tuvo algo que ver, o quizás en la música?

José Ángel Regnault: Nietzche como tal, escribió en el libro ‘Así Habla Zarathustra’ de El Eterno Retorno, de la conceptualización de la vida como un elemento que siempre es cíclico, y de alguna manera siempre vuelve. Te pones a ver, las modas siempre vuelven. Si cometiste un error, siempre lo vas a tender a repetir a menos que te des cuenta. Hay muchas cuestiones que indican que la vida siempre ha tenido un caracter cíclico. Sin embargo, cada una canción tiene su elemento distintivo, pero en cada una hay un elemento que te lleva a lo cíclico, a pesar de que no está hecho con esa intención, pero el mismo origen de la vida siempre te va a llevar a volver. Si le prestas atención a las letras te darás cuenta.

AF: Me imagino que el nombre tiene que ver con el hecho de querer rescatar la música de los sesenta y setenta. Es lo que se escucha. Ahora, en un país como este, donde están pasando las cosas que están pasando, para no entrar en detalle, que todo el mundo se está yendo, y hay lo que llaman “fuga de cerebros”, ¿qué los motiva a ustedes a seguir echándole bolas y haciendo un disco y poniéndole todo el empeño?

Alejandro Vargas: Digamos que no es la motivación. Muchos tienen las posibilidades de irse y no pasa nada. Muchos tienen las posibilidades de irse y aún así no se van. A nosotros no nos queda de otra que seguir trabajando por nuestro país y echándole pierna. ¿Qué más que seguir de pie?

Chego Cabrices: Y creo que la naturaleza del disco era librarnos de toda presión psicológica que pudiera llevarnos a hacer música de una manera que no era fiel a nosotros. Cuando nos liberamos, dijimos “no vamos pendientes de hacer un disco que suene todo a single y todo suene en la radio”. Fue un disco más bien para nosotros de conectarnos con lo que nos hizo agarrar un instrumento. Fue una catarsis de muchas cosas. Yo estaba grabando voces un día, todo el disco, apartando las baterías, se hizo en mi casa.

JR: El mero hecho de haber terminado el disco y lanzarlo en las condiciones que estamos es un acto de rebeldía y de valentía. ¿Quién hace un disco a estas alturas?

CC: Y admiramos mucho a las bandas que están apostando por el público venezolano. Claro, obviamente, todas las bandas tienen aspiraciones de internacionalizar su música. Nosotros firmamos un acuerdo con Peermusic que eso obviamente nos permite que la música trascienda y vaya mucho más allá y eso es lo que se quiere y todos lo están haciendo. Esta ola de Grammys nos pone en un zenit a la par de otros países de latinoamérica.

JR: Estamos por encima de países como Ecuador, Bolivia… El material de ellos de importación musical no es de la misma calidad.

CC: Lo que queremos con el disco es que la gente se devuelva a eso. Más que apelar a la nostalgia es traer ese sonido a las nuevas generaciones. El disco se hizo en esta época con influencias clásicas y también de bandas nuevas, como Steel Panther. El motor principal para nosotros de hacer el disco, es que no escuchamos nada parecido en la radio. Nosotros, además de músicos, somos público. Había como la necesidad de escuchar música así. Y nuestros amigos también. Nos dicen “Yo desde cuando no escucho Guns N’ Roses en horario prime time”. Creo que fue la suma de todo eso, más la situación país.

JR: Otra cosa que creo es que hay una polarización de estilos musicales. Cuando se habla de rock se escuchan a muchísimos estilos que si bien tienen rock, no deberían estar englobados en la misma categoría. Ves que está el rock and roll en un lado, y el metal del otro, y en el medio hay un hueco donde no está pasando nada. Yo de repente quiero ir a un bar a una banda que no esté haciendo algo demasiado extremo o algo demasiado suave, que también se entiende, se respeta y me encanta.

CC: Metallica tuvo 30.000 personas. ¿Dónde está esa gente?

AF: Y a nivel de, odio usar esta palabra, “Movida” en su ciudad. Tengo entendido que durante la mayor parte de este año, no había ningún bar en Puerto La Cruz para tocar, pero se gestó una especie de movimiento bastante DIY, con toques en casas de bandas como La Fiesta Animal, Dxnny Glover… ¿Ustedes ven como algo positivo esto o un paso atrás?

JR: Puerto La Cruz es una ciudad privilegiada geográficamente y el hecho de que ahorita sea referencia en la música, viene de hace más de 25 años, donde había una presencia grande de turistas extranjeros. Habían dos bares en particular donde se movían las bandas, en ese momento, de versiones. Estamos hablando del 88, 87. Y en esa época, el 60, 70% del público que teníamos eran gringos, canadienses, alemanes. El que no tocaba rock and roll bien a ese poco de gringos te iban a lanzar la cerveza por la cabeza si no hacías esa vaina bien. Y ocurría. El set del desastre, a las 3 de la mañana, siempre era un jam session. Una vez, se montó un gordito, hicimos como 3 o 4 canciones. Amanecimos en esa vaina. Nos invitó a su bote como hasta las 9, 10 de la mañana y nos fuimos diciendo que era muy simpático. Años después. Veo MTV Icons y resulta que era David Crosby de Crosby, Stills, Nash & Young y no sabíamos.

AF: Se ha perdido la forma en que se disfruta la música.

JR: Yo creo que la gente ahorita escucha canciones. No escucha un disco. La experiencia de abrir el disco y verlo y leerlo, se ha perdido. En ese momento se valoraba todo.

CC: Nosotros hicimos el disco pensando en cómo hacer que la gente lo sintiera. Y fue cuestión de plantearlo de manera que cada canción te llevara de la mano a la otra. Que te mantuviera enchufado.

AV: Nos llevo a hacer música sin pretensión ni querer tener fama o entrar en rotación, y eso nos llevó a expresarnos sinceramente. El material que conseguimos, quedó tan bien logrado por esa razón.

CC: Tengo ahí todo lo que me gusta. Lo escucho todos los días el disco.

AV: Pensábamos hacer un disco que nos llene. Luego, cuando seamos viejos, igualito seremos felices escuchando las canciones que hicimos en el 2015.

AF: Grabaron las baterías en un teatro, algo que de cierta forma se siente como un homenaje a Led Zeppelin que grabaron la gran mayoría de sus discos en un espacio gigante que en cuanto a sonido tiene más reverberancia que lo usual. ¿Qué tal esa experiencia de grabar allí?

CC: Surreal. El teatro es bestial. No está abierto al público todavía porque lo están remodelando desde hace 10 años. Está vacío, no tiene las sillas.

JR: Todo el trabajo de madera está hecho y te da un sonido que no consigues en ningún otro lado.

AV: Cuando hicimos la captura era tratar de hacer sonoramente, un trabajo sincero. Intentamos usar la menor cantidad de procesos digitales. Logramos conseguir que quedara el sonido del teatro.

CC: Cada uno se quedó una noche en el teatro cuidando las cosas.

Ricardo Curi: Hay un piano de cola arrechísimo en toda la tarima. El último día estaban cantando cumpleaños y nos mandaban a callar.

JR: No hay aire, entonces te imaginarás. Las grabaciones eran una locura.

AV: Yo iba siempre de pequeño y jamás imaginaba que iba a estar durmiendo ahí un día.

CC: Nosotros grabamos ese disco con las uñas. Presupuesto cero. Tres días antes de grabar baterías, me encontré a un pana que estaba llegando de Estados Unidos, sonidista, y me dijo que tenía una interfaz Apolo y unos micrófonos y que se llegaba. Y así como eso, muchos ejemplos.

AV: Los panas de Tomates Fritos nos prestaron micrófonos y equipos.

AF: Creo que eso es algo que le falta al resto de los movimientos de cada estado del país. En PLC no existe eso de que se odian los punketos y los metaleros. Se ve que hay este sentido de camaradería.

JR: Es una cuestión que tenemos que entender como músicos venezolanos y es que si somos un mercado tan pequeño y además ese mercado lo vamos a seccionar y dividir en categorías, todo ese mercado independientemente del estilo, queda un pedazo de torta muy pequeño para todos. Los mercados se reducen y así se reducen las posibilidades de patrocinio y de shows y giras. Si nos unimos, sin importar los géneros a nivel nacional y nos apoyamos por el mero hecho de hacer música en Venezuela, se crea una buena energía. En PLC, a pesar de que a todo el mundo le gusta algo diferente y se hacen tantos estilos, nos ayudamos.

CC: Está la sensación que todo el mundo quiere que todo el mundo la parta. Debería ser un eslogan “Si es de Puerto es bueno”. Me parece brutal todo lo que ha estado pasando en PLC. Es irónico, pero Venezuela con todo lo que pasa, está a punto de tener su mejor escena musical en los últimos 20 años.

AF: Es curioso que en los países más convulsos suceden las mejores cosas, musicalmente hablando.

JR: Tiene que ver con lo que está pasando. El arma de los músicos es su música y por ahí drenan y sacan todos. Y si tenemos un país tan convulso, hay que sacarlo por ahí.

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La banda estará presentando el disco en vivo el próximo 10 de Octubre en Tiburón Club de Puerto La Cruz.

AF: Cerati decía que una canción no deja de ser mala ni es buena porque sea perfecta para ser el amor o porque hable de que el gobierno te está robando. ¿Ustedes como banda consideran que en la música se necesite dar un mensaje político más allá del acto de rebeldía que es tener una banda en, no digamos una dictadura, pero una dictadura?

AV: Un mensaje político no. Sino social. Los músicos tenemos un poder que es llegarle a las masas. Deberíamos tomar conciencia de esto y dejar un mensaje social que contribuya en algo.

CC: Tantas veces repites algo que la gente lo asume. Hay un tema en el disco que habla de la inseguridad, “Lo que quieras”.

JR: Políticamente, un artista pierde credibilidad cuando se inclina a un lado o al otro. Lo que está sucediendo es una situación que engloba a todos los venezolanos estén del lado que estén. En esencia, es social. Ahorita en Venezuela apenas estamos teniendo madurez política. Antes de estos 15 años, nadie le prestaba atención a lo que está pasando. Cosa que es positiva porque aprendemos de nuestros errores. Esto no va a durar toda la vida y ahora vamos a saber a qué no apuntarle. Obviamente, el mensaje en primera instancia tiene que ser social, que llegue a la fibra humana de cada persona. Que el sentido común del ciudadano se vea reflejado más allá de que seas de un lado del otro. Si tú militas para el partido de gobierno y te atracan a un familiar y te meten un tiro. Estás viviendo lo que vive el venezolano en general. Eso no te hará tener una concepción política diferente pero sí una social. Básicamente es eso. Las letras del disco, algunas más explícitas que otras, tienen que ver con el lado humano.

AV: Tiene que ver con la tergiversación de ciertos términos. Por lo menos el rock. Ahorita todo es rock, hasta lo que no es música. Una actitud. Y se fue hacia otro lado y no tiene nada que ver con la esencia real. Igual con el artista. Ahorita es el que se hace famoso. Hay muchos artistas que se están haciendo famosos por enchufarse con el gobierno. ¿Por qué? ¿por el arte? No, por querer facturar. Y esto está completamente alejado con lo que significa ser artista. El artista busca expresarse y no ser famoso ni tener todo el dinero.

AF: ¿Y creen que, de cierta forma, ya hablando en un plano más terrenal, el auge de la vida digital y todo el ego que esto conlleva, ya que hay gente que cree que por publicar algo ya está haciendo un statement, ha motivado el auge de esa gente que quiere ser famosa porque sí?

JR: Estábamos hablando de la canción “Cult of personality” de Living Color. Ese hecho ya ocurría 20 años atrás, pero ahorita es exacerbado. Ves los filósofos de Facebook, los eruditos de Twitter. En estos días leí un meme que engloba todo lo que está sucediendo a nivel digital. “El que tiene muchos amigos es como el que tiene mucho dinero en Monopolio”. Veo muchas personas con alteregos digitales, que uno se imagina que tomarse un café con ellos debe ser iluminante, pero cuando te vas frente a frente con la persona, es alguien que no tiene nada qué ofrecer. Hay una separación total de lo que es el alterego digital de la persona y su día a día. Si eso es a nivel personal, cuando no hay creatividad en juego, ¿qué sucede cuando se potencia en música? Es una cuestión que puede ser positiva porque puedes masificar una idea, pero puede masificar una personalidad alejada de la verdad. La imagen de los años ochenta del rock eran las mujeres, los carros, las villas… ¿y quién tiene esa imagen ahorita? El reggaetón. Los reggaetoneros son más rockeros que los rockeros. Asumieron la actitud y la imagen.

CC: Y les dicen Rockstar. Yo no entiendo.

AV: Nosotros intentamos mostrar el rock de la manera musical. En la campaña que estamos haciendo, nos enfocamos en la esencia musical del rock. Eso también se tergiversó y ahora todo lo que tiene una guitarra es rock. Hay muchas bandas que están haciendo un trabajo buenísimo pero dicen que es rock y no lo es. Es algo fusionado con rock.

JR: En la campaña hay una frase lapidaria que dice “Los tatuajes que tienes debajo de la camisa”. Son esas personas que pegaron sus afiches y de repente los envolvió el sistema y la sociedad, se casaron, consiguieron un trabajo, y de repente estás escuchando tu música mientras trabajas. Ya no existe nada para darle a estas personas musicalmente.

AV: Hay bandas haciendo muy buen trabajo pero no tienen canales de difusión. En radio es raro escuchar una guitarra distorsionada. Hay un mercado ahí.

AF: Decidieron hacer un minidocumental de lo que quisieron plantear con el disco. ¿Pueden recomendar algún documental que los haya motivado a hacer el suyo o a ser músicos?

CC: Metal Global y El Viaje de un Metalero. Creo que son hechos por la misma persona.

AV: Es un antropólogo que hizo una investigación de cómo se desprendieron todas las ramas del rock. Van por cada país entrevistando a las bandas de cada región.

JR: Otro documental. Anvil.

CC: Esos marcaron el espíritu.

JR: No hay que entregarse a lo que está ocurriendo. Uno tiende como músico limitarse a las opciones de mercado. Quien ve el documental, en Venezuela, dirá que hay una banda que me está ofreciendo lo que quiero escuchar.

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