César Elster, manager de la banda venezolana La Vida Bohème, escribió una carta abierta dirigida al diario El Universal y sus periodistas.
En la misma, se expresa de manera muy crítica por las prácticas periodísticas de dicho medio, debido a un artículo publicado por ellos hace algunas semanas en donde afirmaban que la banda a la que él representa, había emigrado a México.
César se encargó de desmentirnos la noticia en un artículo especial publicado por esta página, pero en un reportaje de la agencia AP se supo que finalmente el grupo se asentaría en tierras aztecas.
Aquí pueden leer la misiva donde Elster manifiesta sus opiniones personales sobre los periodistas de espectáculos de dicho diario:
Desde hace un par de meses he venido teniendo una riña pública con la redacción de Artes y Espectáculos de El Universal (vía Twitter, me apena admitir). Sobra decir que EL PRIMER consejo que lo doy a mis representados (La Vida Boheme, Los Mesoneros, y en algún momento Los Colores y Americania), en casos como estos es: “no alimentes una conversación que no te interesa tener. El silencio suele ser la mejor respuesta. Si no respondes, verás que no importa qué se diga de ti. En el 99% de los casos se perderá en el fondo de las jaulas de los pájaros de las abuelas de la ciudad donde se te haya tratado de perjudicar. “
Ahora… Claramente durante estos “altercados” públicos no seguí las máximas que llevo años tratando de inculcar a los artistas con los que trabajo. En este caso en particular, la única preocupación que surge cada vez que respondo a estos periodistas, es la siguiente: espero que mis bandas nunca me saquen esto en cara el día que pierdan la compostura públicamente. Perdí algo, ahí, pero creo que ha valido la pena.
¿Por qué? Muy simple. Un redactor de El Universal publicó una pieza donde ponían palabras en las bocas de mis representados sin citar fuente alguna. A nivel nacional. Esto, crimen en países con estado de derecho, tristemente es práctica común en el periodismo de arte y espectáculo en Venezuela. La pieza, no sólo está pobremente escrita, sino que viola casi TODOS los principios que ilustres profesores como Basilio Tejedor (mi profesor de redacción y estilo en la UCAB), trataron de enseñarme a mi y a cientos de personas más que pasearon por los salones de la Universidad Católica Andrés Bello. Esa pieza, lo mantengo hasta el día de hoy, hubiese sido reprobada por Basilio, que, cabe acotar, daba clases en EL PRIMER año de comunicación social.
Por si acaso hay entre mis los lectores de esta carta alguno de los periodistas con los que he intercambiado comentarios sarcásticos acerca de su capacidad de abstracción y/o el desconocimiento de los principios elementales de su oficio, les dejo esto para que lo lean después de repasar la pieza que originó este ataja-perros digital. Dudo que lo reconozcan:
– El respeto a la verdad.
– Estar abierto a la investigación de los hechos.
– Perseguir la objetividad aunque se sepa inaccesible.
– Contrastar los datos con cuantas fuentes periodísticas sean precisas.
– Diferenciar con claridad entre información y opinión.
– Enfrentar, cuando existan, las versiones sobre un hecho.
– Respeto a la presunción de inocencia.
– Rectificación de las informaciones erróneas.Así que:
… sí. Me molesté. Me molesté muchísimo. Y llevé mi molestia a Twitter. Y sí: fui bien grosero y altanero. Sentí mis derechos vulnerados. Sentí pisoteados los derechos de mis representados. La relación asimétrica entre El Universal y mi cliente me enfureció. Lo que recibí a cambio de parte de los periodistas de El Universal (desde sus cuentas personales de twitter), es de dominio público, pero no distó mucho de una cayapa twittera. No me importó. Lo llevé al correo electrónico del redactor en jefe de artes y espectáculos (un señor que pueden ver cada cierto tiempo al aire en Sábado en la noche en globovisión, hablando en la sección de chismes). Su respuesta fue francamente alarmante, pero no creo que merezca la pena ser citada en este momento.
El punto es el siguiente: uno de los grandes problemas de las artes y del mundo del espectáculo en Venezuela reside en la falta de una prensa especializada, educada y correcta. Por ser “arte y espectáculos” parecieran darse una licencia para el chaborrismo, para obviar los preceptos más básicos del periodismo… para hacer borrosa la línea entra las opiniones del autor y los hechos. Para confundir la fuente con el chisme. Años de apoyo a proyectos mediocres que, tras ligeras escarbadas, encuentran refugio en las teclas de sus amigos, o peor: en los jefes de los periodistas, restando espacio valioso para TANTAS propuestas que nunca salen a la luz y que el país MERECE conocer.
¿Dónde está la crítica especializada en Venezuela? ¿Quizás es que sea mucho pedir cuando las fallas de ortografía y sintaxis gobiernan las páginas de las secciones dedicadas a la promoción del arte y la cultura del país? NO. Yo viví en Venezuela del arte y el espectáculo AÑOS, y me cansé de leer cualquier cantidad de porquerías y tragarme la lengua por miedo al veto o a la cayapa digital (de la que me atrevo a llamar víctima en este momento). Quiero una prensa de arte y espectáculos que no publique cosas como:
– La Vida Boheme toca “pop chino” por limitar su investigación acerca del género a un perfil de Myspace.
– O referirse al vocalista de una de mis bandas -egresado de la universidad de navarra de comunicación-, durante 3 dolorosas páginas de prensa nacional, como arquitecto de la república.
– Que Los Mesoneros tienen un tema llamado “Bukkake” (¡mierda!)… y una larga lista de ridiculeces por el estilo, algunas tontas y otras no tanto, que lo que menoscaban, al fin y al cabo, es TODO el arte de un país. Si los periodistas que cubren la fuente no lo toman en serio: ¿cómo esperamos que el país lo haga, también?
¿por qué no podemos aspirar a leer el nivel de Lester Bangs en las páginas de nuestros periódicos? ¿de John Savage? ¿del mismo Bob Lefsetz? ¿Por qué todo es una jodita? ¿por qué tanta gente que lea esta preocupación pensará “ay, pero ni que fuera tan grave.”?
Pero sí es grave… y es grave porque aunque el lugar donde mueren las letras de estos irresponsables, de estos piratas, sean los fondos de jaulas de las mascotas de los venezolanos, primero pasan por las mesas de nuestros hijos, hermanos, padres y abuelos, que a falta de mayor referencia, tomarán por verdades la trivialización del trabajo de los artistas, músicos, escritores y directores que tratan infructuosamente de hacer viable vivir haciendo arte en el país.
Para mi llegó la hora de decirlo con orgullo:
Yo me tomo en serio mi peo. ¿Y qué?
Tras la salida de la noticia en AP, la periodista de El Universal Yolimer Obelmejias recriminó a Elster por negar en un principio la información, lo que desembocó en la pelea por Twitter que menciona el manager en su carta.
Aquí pueden leerla:
Yo recuerdo cuando en junio @cesarelster se puso como un energúmeno cuando @JGpunto escribió que @lavidaboheme se había ido a México
— Yoli (@Yolimer) agosto 26, 2014