El enfant terrible del cine vuelve a la carga. Tras ser declarado persona non grata por el Festival de Cannes por asegurar que entendía a Hitler en la presentación de ‘Melancolía’, muchos creían que Lars Von Trier pensaría muy bien sus pasos antes de volver a la escena pública.
Sin embargo ocurrió todo lo contrario, el realizador danés, con la provocación por bandera, anunció que su próximo filme contendría un gran número de escenas de sexo explícito y se titularía con un elocuente: ‘Nymphomaniac’ (‘La ninfómana’). Tenía que llegar, la primera película pornográfica del director comenzaba a andar.
El 25 de diciembre verá la luz la obra de cinco horas y media de un director incontrolable. El día escogido para un estreno lleno de sexo choca con las películas que suelen verse durante las vacaciones y destinadas al público familiar.
Desde el departamento de comunicación de la distribuidora, Haizea G. Viana ha asegurado a El confidencial que el día escogido responde a coincidir con la premiere mundial de la película “No nos hemos planteado un cambio de fecha en el estreno de las dos películas”, ha añadido (la segunda parte se estrenará el 24 de enero).
Cronología de la provocación
Gracias a todo el ruido generado por el contenido erótico del filme, Von Trier ha vuelto a tener la atención de la prensa y al circuito cinéfilo a sus pies. Pocos proyectos se han seguido tan al dedillo como este acercamiento a la sexualidad de la mujer. Los detalles de Nymphomaniac fueron surgiendo poco a poco. Primero su internacional reparto: Charlotte Gainsbourgh (su musa en las últimas tres películas), Jamie Bell, Christian Slater, Uma Thurman, Connie Nielsen, Shia Labeouf… todos aceptaron el reto del director a pesar de ser conocidas sus broncas con sus intérpretes.
Lo siguiente que se supo es que las escenas de sexo serían reales, nada de artificios ni actores fingiendo. El mundo del cine entonces comenzó a especular con la posibilidad de que las estrellas implicadas hubieran accedido a las exigencias del realizador para practicar sexo delante de la cámara, aunque pronto se descubrió el truco. Los planos comprometidos serían rodados por actores del mundo de la pornografía, y esas escenas se insertarían, mediante montaje y efectos digitales en los cuerpos de las celebridades implicadas.
Mientras tanto, y con cuentagotas, la campaña promocional de la película se puso en marcha y cada mes fueron llegando pequeños extractos de los capítulos en los que se va a dividir la película. El último de ellos, una pantalla dividida en tres y la primera de escena de sexo entre Shia Labeouf y Stacy Martin, fue retirado de Youtube por su alto voltaje.
Por su parte el Festival de Cannes, pura coherencia, ha retirado el título de persona non grata a Von Trier y se ha asegurado la presencia de la película entera y sin cortes en su próxima edición. Las noticias en ese momento apuntaban a que se estrenarían dos versiones de Nymphomaniac, una con todas las escenas de sexo explícito y otra que se estrenaría en salas comerciales mucho más asequible. Parecía que la telenovela en torno a la película había terminado, pero quedaba el último acto.
Múltiples versiones de la misma película
Esta semana la revista danesa Filmmagasinet Ekko publicaba una entrevista con Peter Aalbaek Jensen, productor de los filmes de Von Trier, en la que se anunciaba algo sin precedentes: el director había renunciado al montaje final de la película, lo que es inusual en su carrera debido a su perfeccionismo y gusto por el detalle.
Aalbaek Jensen confirmaba que Lars Von Trier había entregado una versión de cinco horas y media de duración, algo impensable para el mercado actual “No puedes hacer una película de más de 60 millones de coronas de esa duración. Es tan extrema que reduce su valor de mercado y los inversores habrían pensado que les han dado gato por liebre”. Por tanto, en Dinamarca se estrenará una versión de cuatro horas con, eso sí, todas las escenas de sexo sin censurar. Finalmente la idea de distribuir una versión light de Nymphomaniac se ha eliminado pero, por el contrario se ha optado por el más difícil todavía: las distribuidoras de cada país podrán cortar las escenas que deseen del filme con el fin de hacerlo más accesible al público. Es decir, por el mundo circularán decenas de versiones de la última obra de Lars Von Trier. Trabajos apócrifos que no responderán a las cinco horas y media de metraje pensadas por el danés.
Para tranquilidad de los fans del danés, Haizea G. Viana ha asegurado que la versión que verá la luz en nuestros cines será la aprobada por Von Trier. Cinco horas de porno para celebrar la navidad.
Fuente: El confidencial