Durará 10 minutos, estará protagonizado por una oruga, y su producción se alargará por tres años.
El prestigioso director japonés, Hayao Miyazaki anunció ayer que está trabajando en un nuevo proyecto audiovisual, un cortometraje de animación en 3D generado íntegramente por ordenador.
‘Ahora estoy trabajando con profesionales veteranos y noveles de la industria de la animación para crear un nuevo corto para el Museo Ghibli,’ afirmó durante una rueda de prensa convocada en Tokio para hablar principalmente sobre las políticas de Defensa del Gobierno de Japón. Prosiguió diciendo que su protagonista será ‘un ser tan pequeño que podría ser aplastado por un dedo’ y recalcó su interés de contar historias sobre ‘los elementos más sencillos de la vida, como puede ser una oruga’.
Un vez realizado, se convertiría en el primer filme de estudio en ser realizado totalmente con técnicas digitales y se proyectaría exclusivamente en el Museo Ghibli de Tokio.
Aunque es inevitable no sentir una cálida alegría por esta noticia, es también una agridulce reflexión respecto a algunos temas planteados por el realizador en su última película, ‘El Viento se Levanta‘, su obra más personal. En ella, Miyazaki reflexiona acerca del paso del tiempo, de la ruptura de los sueños, del peso de las decisiones y el agotamiento de la creatividad. Produce un testamento de tristes contradicciones, de desmesurada vitalidad por haber hecho lo que quiso a través de su filmografía, pero agotado por lo que conllevó.
Un cortometraje de animación en 3D puede interpretarse desde dos puntos de vista: es una una manera de ser relevante y contemporáneo, transgresor, una vez más, o por el contrario se trata de una traición directa a sus raíces, a sus ideales.
Es obvio que Miyazaki tiene total control creativo sobre sus decisiones y no existe intervención alguna por parte de ningún estudio, así que, indiferentemente de sus intenciones, lo más probable es que se trate de un proyecto digno de ver.
Puede que el agotamiento físico haya impulsado al cineasta a recurrir a una técnica mucho más rápida que la animación a mano, cuadro a cuadro, que le hizo invertir una extensa cantidad de tiempo en el pasado. ¿Es entonces un desahogo creativo? ¿Una intrínseca necesidad de crear?
Sea como sea, todavía queda mucho tiempo antes de que podamos verlo, pero por los momentos, le deseamos todo el éxito del mundo.