El Universal se reúne con Jesús González, gerente general de la productora de espectáculos Prana Music, para analizar el crecimiento del Rock Venezolano. Un excelente artículo, escrito por Lorena Tasca, que no pudimos dejar de compartir con ustedes.
El cuarteto caraqueño La vida bohème bautizó el pasado 13 de julio su segundo disco, Será, frente a casi 3.000 personas, nada menos que en la aún prestigiosa sala Ríos Reyna del Teatro Teresa Carreño.
Meses antes, Malanga, La vida bohéme, Rawayana, Viniloversus, Caramelos de cianuro, Los mesoneros, Tomates fritos, Los colores y también La vida bohème se subieron a la misma tarima como parte del experimento Rock and MAU de fusionar ritmos tradicionales venezolanos con el rock .
Es un hecho: las agrupaciones y bandas nacionales, sobre todo de rock, han ido reconquistando los grandes escenarios, como el Teatro Teresa Carreño, el Poliedro de Caracas, y el Teatro Nacional, antes reservados sobre todo a las estrellas foráneas y a algunos consagrados cantantes venezolanos.
Para Jesús González, gerente general de la empresa productora de espectáculos Prana Music, se trata sobre todo de un tema de calidad de las nuevas agrupaciones.
“Para muchísimas bandas la música era antes un hobbie, mientras que ahora los músicos se están enfocando más en su trabajo. De allí que el resultado sean productos y conciertos de muchísima factura”, dice él, que tiene entre sus planes más inmediatos producir un concierto en el Fórum de Valencia -recinto con capacidad para 10 mil personas- con las agrupaciones Viniloversus, Los mesoneros y La vida bohème.
La fecha, advierte él, está aún por definir, pero no precisamente por un problema de distribución de boletos -de hecho, ya se han vendido más de 800 entradas- sino por causa del Seniat, que clausuró el recinto por varios días.
“En las décadas de los ochenta y los noventa había gran apoyo a la música, pero sobre todo desde un punto de vista empresarial. Es decir, había un estructura a la que no le importaba si el producto era bueno o malo, porque si tenía el soporte de una disquera como Sonográfica, la gente igual lo seguía. Mientras que las bandas son hoy más autónomas. Todo se lo han ganado a pulso”, mete su dedo en la llaga Juan Olmedillo, vocalista de Los mentas, que el 7 de junio celebró sus 15 años de carrera en el Teatro Nacional.
Que sean buenas o no las bandas no es, sin embargo, el único motivo del nuevo boom musical, según el empresario Alejandro García, quien en el pasado produjo eventos como el Caracas pop festival, y quien meses atrás decidió fundar Techno Concert para apostar sobre todo al talento nacional.
“Las dificultades económicas que hay para traer al país a artistas internacionales de gran envergadura también han hecho que uno se enfoque más en los músicos de aquí”, apunta García, refiriéndose tal vez a las dificultades que enfrentan los productores de espectáculos para obtener las divisas.
De allí que en los próximos días Alejandro García planee anunciar con bombos y platillos el Festival latin summer pop, que reunirá en una misma tarima a bandas ya consagradas como Desorden Público con otras más noveles como Viniloversus y Del Pez, que resultara ganadora en la última edición del Festival nuevas bandas.
La crisis política del país, y hasta la polarización, apunta el cantautor venezolano y voz de Caramelos de Cianuro, Asier Cazalis, ha jugado también un rol importante en el asunto.
“Creo que la gente está fatigada de tantos enfrentamientos políticos. Por eso es que finalmente se están abriendo algunos espacios que pasaron un tiempo bastante politizados. Es importante que las bandas sigamos trabajando para retomar algunos espacios hacia el oeste de la ciudad”, dice Cazalis.
Y el vocalista de Los mentas aporta otro tanto para los circuitos de bares y teatros, para la empresa privada, y hasta para los medios de comunicación, que, según él, han contribuido con la cadena musical.
“Antes no existía un circuito de rock como el que tenemos ahora. Hay bares y teatros pequeños con una programación constante de bandas nacionales que hace que se vaya creando una cadena: la agrupación cosecha fanáticos, llena los lugares, los medios se percatan, y te buscan para entrevistarte. Sin contar que hay empresas y marcas comerciales que están poniendo su ojo en las agrupaciones y deciden apostar por ellas en conciertos más grandes”, dice Olmedillo.
“Las grandes productoras no han terminado de ver que el rock venezolano tiene mucha calidad. Hay agrupaciones que ya han sido nominadas a los premios Grammy. Hay bandas que llaman la atención y se presentan en el exterior. Hay bandas que son seguidas por muchísimas personas. Si la bandas nacionales no tuvieran calidad no llenarían ni los locales pequeños. Pero aquí lastimosamente hay la empresas productoras de espectáculos que piensan que el negocio sólo está en traer el talento de afuera”, reflexiona Alejandro García para terminar”
Para terminar, les dejamos con una de las presentaciones de La Vida Bohème en el Teresa Carreño :