Parece ser que el director Roman Polanski se hartó del movimiento antiacoso sexual de #MeToo y se refirió a él como una “histeria colectiva del tipo que a veces sucede en la sociedad”.
El polémico cineasta, que actualmente se encuentra exiliado en Francia, luego de huir de Estados Unidos en 1977 porque fue declarado culpable de tener relaciones sexuales con una menor, ha sido una de las personas más criticadas por el movimiento #MeToo, e incluso logró su salida de la Academia de Artes Cinematográficas.
En una entrevista con la versión polaca de Newsweek, Polanski llegó a comparar a los seguidores de #MeToo con los dolientes de Corea del Norte que lloran tanto cuando sus líderes mueren porque “no se pueden reír”. “Todos intentan inscribirse, principalmente por miedo”, dijo.
“Para mí esto es hipocresía total”, agregó Polanski, refiriéndose a su creencia de que la gente está expresando su apoyo a las víctimas de #MeToo no porque lo quieran, sino porque tienen miedo de lo que sucederá si no lo hacen.
Sus declaraciones no parecen ser muy congruentes con sus acciones, pues se nota que el director busca criticar un movimiento que está creado para proteger a los trabajadores de la industria cinematográfica de personas como él.